Paola Guzmán Albarracín: dimensiones analíticas sobre la violencia sexual y de género en el ámbito educativo

Resumen

El presente artículo analiza la violencia de género en el contexto educativo ecuatoriano, enfocándose en cómo esta problemática se ha institucionalizado a través de políticas públicas y lineamientos educativos, particularmente en las instituciones educativas del país. El estudio examina las múltiples manifestaciones de esta violencia y la forma en que se va estructurando con otras condiciones como la clase social, la etnia y el género. La investigación se fundamenta en estándares normativos de derechos humanos y utiliza herramientas analíticas críticas proporcionadas por los estudios de género. A través de un caso específico, empleado como ejemplo ilustrativo más que como estudio particularizado, se realiza un análisis panorámico que permite comprender los mecanismos de reproducción social de la violencia. Desde una perspectiva Laturiana (2008), se examina cómo los mandatos de masculinidad se perpetúan en el sistema educativo.

El trabajo revela las múltiples dimensiones en que la violencia se articula dentro del ámbito educativo, considerado un espacio crucial donde convergen y se friccionan diversas formas de violencia interseccional. El análisis contempla cómo el género se entrelaza con otras categorías como clase social y raza, creando dinámicas complejas en donde las jerarquías sociales se asocian con otras múltiples dimensiones sociales y leales. Metodológicamente, la investigación adopta un enfoque cualitativo que incluye revisión exhaustiva de literatura académica, análisis normativo y estudio de autoras postestructuralistas provenientes de los campos de sociología y estudios de género.

El trabajo trasciende la mera descripción legal para ofrecer un análisis crítico y profundo de las estructuras que sostienen la violencia de género en la educación ecuatoriana. El artículo concluye que a pesar de que existe un robusto cuerpo normativo tanto nacional e internacional de protección a mujeres y niñas víctimas de violencia de género y sexual, las diferentes expresiones en que la violencia emerge constituye el centro tanto en la interpretación de la ley, como en la fijación de los mandatos de masculinidad que terminan -como en el caso de Guzmán Albarracín- en estereotipos prejuiciosos de género y provocando mayores vulneraciones de derechos que no han sido debidamente deliberadas por las instancias judiciales así como en formas de injusticia epistémica.