Revista de Ciencias del Mar y Acuicultura “YAKU”: Vol. 6 (Núm. 11)
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1. Introducción
En la maricultura, uno de los principales
problemas que afecta la producción de peces es la
presencia de parásitos causantes de
enfermedades. Los peces que habitan
naturalmente en el mar son hospederos de una
gran diversidad de especies de parásitos
protozoos y metazoos, los cuales pueden ser
bastante diferentes no sólo en la forma y tamaño
de su cuerpo, sino también en su ciclo de vida,
alimentación, sitio de infección y modo de unirse
al pez. Así pues, a los parásitos se les clasifica de
diferente manera. Si están en la superficie del pez
se les denomina ectoparásitos, si están
parasitando algún órgano interno se les denomina
endoparásitos. Por su tamaño se clasifican en
microparásitos (protozoos y algunos helmintos) y
macroparásitos (casi todos los metazoos,
incluyendo los crustáceos y la mayoría de los
helmintos). Si para completar su ciclo de vida
requieren sólo una especie de pez se les denomina
parásitos con ciclo de vida directo, pero si
requieren dos o más especies de peces su ciclo de
vida es indirecto. Algunos parásitos se alimentan
de células epiteliales, pero otros, los hematófagos,
se alimentan de sangre. No obstante, aunque la
biodiversidad de parásitos es enorme, sólo unas
cuantas especies han llegado a ser un verdadero
problema para el cultivo de peces.
Típicamente, los peces se cultivan en densidades
altas, lo que favorece la proliferación de parásitos,
especialmente de ectoparásitos con ciclo de vida
directo, como algunos ciliados, monogeneos y
copépodos (Shinn et al., 2015). Estos parásitos
pueden presentarse en las diferentes etapas de la
producción. En las plantas de producción o
“hatcheries” pueden surgir brotes de
enfermedades en peces reproductores y juveniles
causados por protozoos y monogeneos. Estos
brotes pueden ser controlados mediante un
manejo zootécnico adecuado y estableciendo
normas sanitarias estrictas. Sin embargo, cuando
los brotes parasitarios ocurren en la fase de
engorda su control puede ser más complicado,
particularmente si el cultivo es en jaulas, ya que
en estos sistemas no se controla la calidad de agua
y los peces silvestres pueden transmitir parásitos
a los peces cultivados (Nowak, 2007).
En este artículo se resume la información
disponible respecto a los parásitos que
representan un riesgo real o potencial para la
acuicultura de Lutjanus guttatus. Se describen las
características biológicas de los parásitos, así
como los principales signos clínicos y estrategias
de prevención o control.
2. Antecedentes
A partir del año 2003, el Laboratorio de
Parasitología del CIAD-Mazatlán inició los
estudios sobre parásitos de L. guttatus en cultivo.
En los años 2010 y 2012 realizamos dos ciclos de
monitoreo parasitológico en jaulas flotantes
ubicadas en la Bahía de Mazatlán, Sinaloa,
México. En una primera etapa, las investigaciones
se enfocaron al conocimiento de la biodiversidad
de parásitos de L. guttatus en vida silvestre y los
patógenos potenciales durante su cultivo. La
introducción de peces silvestres a las
instalaciones del CIAD-Mazatlán como fuente
inicial de progenitores propició la entrada de
parásitos, los cuales fueron transmitidos a los
peces de todas las edades.
Los primeros resultados mostraron un total de 40
especies de parásitos (4 protozoos, 33 helmintos y
3 crustáceos) (Fajer-Ávila & Medina-Guerrero,
2011; Fajer-Ávila et al., 2011, 2012). Los
ectoparásitos de ciclo de vida directo presentes en
la piel y branquias de L. guttatus son los que han
proliferado en los tanques de cultivo. Esto en
parte es propiciado por el proceso de
domesticación que debilita el sistema inmune de
los peces haciéndolos más susceptibles a
infecciones parasitarias. La mayoría de los
parásitos de ciclo de vida indirecto que requieren
de hospederos intermediarios para completar su
desarrollo no lograron establecerse en estos
sistemas cerrados.
Los peces L. guttatus mantenidos en cautiverio
previo a la siembra en jaulas flotantes fueron
susceptibles al desarrollo de enfermedades