Paulina Oña Quillupangui1
https://orcid.org/0000-0002-9669-817X
PhD (c) en la Universidad Andina, Docente de la carrera de Trabajo Social – Universidad Central del Ecuador
Gisela Carolina Santamaría Valle2
https://orcid.org/0009-0001-2718-1214
Licenciada en Trabajo Social. Trabajadora Social en Fundación Casa de Refugio Matilde – Quito
Pedro Leonardo Cajamarca Sanango3
https://orcid.org/0009-0008-9488-4551
Magíster (c) en Antropología Visual en FLACSO, Técnico Docente 1 en la Carrera de Trabajo Social – Universidad Central del Ecuador.
RESUMEN
Reconstrucción del proceso vivido, durante el Paro Nacional del 2022. Acompañamiento desde Trabajo Social que permitió la creación de una metodología propia hecha desde el andar con la finalidad de regenerar el tejido social comunitario, sosteniendo la vida y la resistencia conjuntamente con pueblos, nacionalidades y organizaciones sociales. Se generaron acciones desde la escucha, el sentir y el acompañamiento en diversas actividades que dio como resultado memorias colectivas a través del arte. La metodología desarrollada en el proceso de las protestas sociales 2022 recogió aprendizajes del paro nacional 2019 creando colectivamente acciones que pueden servir, cuestionar y generar puntos de partida para futuros levantamientos populares desde las sensibilidades de quienes integramos las universidades y colectividades.
PALABRAS CLAVE: Trabajo Social Crítico, Movimientos Sociales, Prácticas del cuidado, Arteterapia.
ABSTRACT
Reconstruction of the process experienced, during the National Strike of 2022. Accompanying from Social Work allowed the creation of an own methodology carried out from the walk, with the purpose of regenerating the community social conglomerate, sustaining life and resistance with the peoples, nationalities and Social Organizations. Actions were generated from listening, feeling and accompanying in various activities, resulting in collective memories through art. The methodology developed in the process of the 2022 social protests collected lessons from the 2019 national strike, collectively creating actions that can serve, question and generate actions as starting points for future popular uprisings from the sensitivities of those of us who are part of the universities and communities.
KEYWORDS: Critical Social Work, Social Movements, Care Practices, Art Therapy.
El presente artículo pretende relatar como el Trabajo Social Crítico acompañó a las organizaciones sociales en el Paro Nacional que se suscitó en el mes de junio del 2022 en donde la Universidad Central del Ecuador (UCE) fue uno de lugares que acogió a organizaciones sociales, pueblos y nacionalidades ante las medidas neoliberales planteadas por el gobierno de turno.
El sustento teórico de este trabajo académico está basado en el modelo crítico radical que nos permitió acompañar a las organizaciones sociales en el contexto del Paro Nacional y reflexionar en colectivo los sentires, generando acciones como parte de las prácticas de cuidado y autocuidado.
La metodología utilizada es construida desde el andar lo cual permitió la regeneración del tejido social comunitario explicando los momentos de acompañamiento desde Trabajo Social, permitiendo recontar las primeras acciones para fortalecer las redes sociales que sostuvieron la vida y la lucha social, también desde lo colectivo se generaron espacios de escucha y acompañamiento a través del arteterapia y relato colectivo y finalmente se presenta las conclusiones en donde el Trabajo Social Crítico acompañó a las organizaciones sociales durante el Paro Nacional 2022.
La Movilización Social del mes de junio del 2022 sacudió a la educación pública en Quito nuevamente con un continuum de las ocurridas en octubre del 2019, la Universidad Central del Ecuador (UCE) se convirtió en un refugio de la resistencia de los pueblos, nacionalidades y organizaciones sociales frente a la inconformidad de las medidas neoliberales planteadas por el gobierno de Guillermo Lasso, insistiendo con más austeridad y privatizaciones, una precarización neoliberal de la vida y su clausura democrática hacia las y los comunes (Ramírez, 2020,14) una ideología desde la cual se construye el mundo de la globalización, un mundo que, desde esta ideología, no tendría alternativas (Dávalos, 2022,19).
Uno de los principales logros del neoliberalismo, en efecto, ha sido su capacidad de anulación y bloqueo político a los contenidos emancipadores de la clase obrera, que conllevaron a la pérdida de capacidad de resistencia e interpelación de los obreros antes los procesos de acumulación de capital a escala global (Ramírez, 2020, 20).
En tal sentido la demanda colectiva desde las resistencias hacías las políticas neoliberales, como base el sujeto comunitario hacía una exigencia de los derechos constitucionales movilizó a varios sectores de distintos territorios en apoyo a la movilización social, con un movimiento indígena que fue un paraguas organizativo y político bajo el cual se cobijaron movimientos sociales emergentes (Ramírez, 2020, 21); destacando la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), la Federación Ecuatoriana de Indígenas Evangélicos (FEINE) y la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas, Negras y Montubias (FENOCIN) quienes “han posicionado a los pueblos indígenas como un actor político determinante para el enfrentamiento a las estructuras de poder del país, siendo la voz de los sectores más necesitados” (Chisaguano, 2022, 534).
En los días de paro expresaron la capacidad organizativa que tienen los sectores indígenas y populares; Dávalos (2022) menciona a “una las instituciones claves como es la minga, gracias a esta se puede explicar la magnitud, la complejidad y la vastedad de la organización indígena”, representada en las guardias indígenas y urbanas, además de ser pragmáticos al momento de operativizar algunos procesos como el tejer redes entre el campo y la ciudad, líneas de abastecimiento, relevos, seguridad, etc.; un momento donde se unen muchos frentes con un objetivo en común, mostrando que la minga es la forma por la cual se acumula y se canaliza la fuerza del sujeto comunitario (Dávalos, 2002, 25), además de ser un momento donde:
Universidades, colectivos, estudiantes, voluntarios/as, colaboradores intermitentes y quienes manifestaban en el espacio público entraron en conexión no solo en las calles sino por medio de las cocinas comunitarias, la alimentación colectiva, la preparación de los espacios de hospedaje de las comunidades, las brigadas médicas, entre otras acciones humanitarias y de adhesión al Paro Nacional (Ramírez, 2020,26).
De este modo en medio de las vicisitudes de contienda aparece la ética del cuidado (Ramírez, 2020, 26), con actividades y acciones de solidaridad y empatía que aportó al consolidamiento de la resistencia desde un principio de reciprocidad de la minga (Dávalos, 2020,26); por otra parte la lucha se expresó desde los espacios asamblearios donde se tomó decisiones de cómo actuar frente a las formas opresivas ejercidas por el estado, quién ha demostrado la incapacidad de trabajar en democracia y en conjunto con la población ecuatoriana (Chisaguano, 2022,13), lo que fundamentó manifestaciones, marchas, paros, performances, concentraciones, corte de ruta, asambleas, etc., arrojando el nervio de la política al espacio público (Ramírez, 2020,11), para exigir sus justos derechos.
Para poder abordar los fenómenos sociales desde una perspectiva del Trabajo Social Crítico, debemos remontarnos a los antecedentes de la historia de la profesión, entender que la Asistencia Social tenía una visión paternalista que buscaba cuidar y proteger a las personas pobres sin cuestionarse el por qué esas personas se encontraban en esa situación, Alison Cadena (2021) explica que este período está focalizado en realizar visitas a los domicilios de pacientes para supervisar el cumplimiento de tratamiento médicos, así como para “higienizar los espacios”.
Seguidamente la etapa del Servicio Social inicia en la década de los cuarenta, tiene fuerte influencia norteamericana y obedece a cumplir con los proyectos de desarrollo que se estaban implementando en América Latina, en esta etapa tampoco se reflexiona la raíz de las problemáticas que las personas estaban atravesando.
Durante esta época el concepto de “deuda externa” empieza a recorrer por América Latina, junto al incremento de la pobreza y desigualdad. El servicio social se enfoca en integrar a las personas pobres y marginales al sistema de desarrollo, sin importar las condiciones que produjeron esa marginalidad, ni el costo de esa integración traducida en explotación, lo importante era integrar y adaptar a las personas al sistema capitalista. (Cadena, 2021, p. 38).
A la par en esta época, varios movimientos sociales y frentes de liberación nacional se empiezan a organizar frente al proyecto del imperialismo al ver que las lógicas capitalistas no respondían a las necesidades de las realidades locales. Estudiantes de las Escuelas de Trabajo Social Latinoamericano empiezan a reflexionar sobre cuál es el Trabajo Social que necesita la gente, se organizan y comienzan a recorrer distintos territorios de América Latina entre ellos Argentina, Brasil y Chile a fin de fortalecerse como colectivo, Parra (2007) manifiesta que “La Reconceptualización buscó generar un Trabajo Social netamente latinoamericano, que diera respuesta a las particularidades del continente en un contexto de significativos cambios abriendo nuevas perspectivas, reflexiones, análisis y debates sobre el quehacer profesional” (Parra, 2007, p.2).
Desde este modelo que salió a la luz en la reconceptualización del Trabajo Social Sudamericano, se apuesta por una acción desde Trabajo Social liberador que parta desde la base de que el cambio se encuentra en los y las protagonistas a través de una toma de conciencia de sus situaciones, se transformen en personas activas y generen un cambio estructural, nos compromete como Trabajo Social con los sectores populares y a construir las prácticas desde la horizontalidad, Cadena (2021), las tensiones y discusiones teóricas que se llevaron a cabo en este período permitió construir una base teórica apoyada en el marxismo, teorías feministas, sociología radical, desarrollo comunitario, teorías críticas sobre el carácter étnico, teoría de la educación de Paulo Freire. Así mismo Viscarret ( 2007) manifiesta lo que sería el Trabajo Social Crítico:
(…) el Trabajo Social crítico sostiene que los usuarios no son ni parcial ni totalmente culpables de las circunstancias personales y sociales a las que se enfrentan, sino que apuntan a los orígenes sociales y a las estructuras sociales como causantes de dicha situación opresiva. Con este planteamiento, la función del Trabajo Social da un giro radical conforme a lo visto en los modelos precedentes. Entienden que la función del Trabajo Social no puede ser la de adaptar a la persona a un medio que muchas veces le es hostil. Se apuesta por una forma de intervención liberadora desde el Trabajo social, que parte de la base de que el cambio se encuentra en los protagonistas del mismo, en las personas. (p.326).
Si bien el movimiento de la reconceptualización se vio interrumpida por las dictaduras que se dieron en América Latina, dejó un legado teórico que permite problematizar los contextos, organizar y movilizar desde el Trabajo Social. Santamaría (2020) expone que el Trabajo Social Crítico es ese camino que busca valorizar otras formas de pensar, sentir y hacer en la profesión involucra lo comunitario y colectivo como espacio de enseñanza para construir relaciones más horizontales.
Por tal motivo, mantenemos que el Trabajo Social debe proponer, crear un “nosotros/as” frente a las problemáticas actuales, caracterizar lo Social del Trabajo desde la colectividad manifestamos otras formas de hacer, sentir, pensar, crear, construir otros senderos, otros caminos comprometidos con las comunidades aprendiendo del intercambio de saberes del acompañamiento comunitario que entiende la dimensión cultural y que afirma que son verdaderos procesos de transformación social (p.65).
Las formas de organización y encuentro que no se ejercen desde una intervención, sino que reivindicamos el acompañamiento a estos procesos de lucha e insurgencia de revitalización de otras sabidurías, otros conocimientos y otros senderos. No consideramos desde Trabajo Social una intervención como un agente externo sino como el acompañamiento de las y los trabajadores sociales comunitarios como parte de las realidades en donde se genera lazos, vínculos que permita la recreación del fortalecimiento social.
Mediante el fortalecimiento del tejido social recalcamos las prácticas de cuidado y autocuidado mediante las distintas acciones (ollas comunitarias, memoria y arte, expresión de emociones) que serán explicadas en la metodología desarrollada.
METODOLOGÍA
Metodología propia hecha desde el andar
De acuerdo a la definición de la Federación Internacional de Trabajo Social (FITS) 2014, la profesión promueve el cambio social y parte de sus principios fundamentales son los derechos humanos y la justicia social, además; las y los Trabajadores Sociales estamos constantemente acompañando procesos que involucra a personas y a las estructuras sociales, esta definición también subraya la importancia de apoyarse en las teorías del Trabajo Social, de las humanidades, de las Ciencias Sociales y de los conocimientos indígenas, es decir; saber establecer los conocimientos desde el punto de vista de los grupos humanos a quienes acompañamos y no desde una centralidad.
Señalamos este concepto, ya que, durante el paro del 2022, la relación entre la academia, intelectuales, sistema político y movimientos sociales fue muy estrecho, tanto que desde el hacer del Trabajo Social se permitió construir colectiva y participativamente las pautas metodologías que sostuvieron los procesos de lucha en el espacio público, pero también los cuidados en lo privado. A continuación, narramos los procesos construidos:
La Universidad Central del Ecuador (UCE) se convirtió en un territorio favorable para construir, fortalecer y regenerar el tejido social comunitario, convirtiéndose en espacios para la convivencia de los pueblos y nacionalidades que llegaron desde sus comunidades. Luego de una toma simbólica y con la aprobación del rector, al octavo día por parte de los manifestantes se abrió el campus universitario, dando acogida a cientos de personas y llegando a considerarse como zona de paz. Las necesidades alimenticias, para pernoctar, espacios para la higiene fueron necesarios y urgentes, desde la justicia ecológica buscar estrategias para reducir el consumo de material desechable y la clasificación del material orgánico fue un imperativo, el trabajo también se centró en el cuidado y autocuidado de los sentires al vivir intensos momentos de violencia por parte del estado y estar lejos de sus casas.
Al día siguiente 21 de junio, al conmemorarse el día de celebración de nuestros pueblos ancestrales, de la gran fiesta conocido como el Inti Raymi, se vivió desde este espacio:
La fiesta actúa como un mecanismo que mantiene su cohesión y estructura. En otros contextos y sin esta institución, cualquier otro movimiento social habría sido desarticulado ante el despliegue de la violencia política del Estado. La minga acumula fuerza indígena, pero la movilización la convierte en festiva (Dávalos, 2022,28).
Caminando la universidad ante la llegada de los pueblos y comunidades indígenas fue necesario reconocer espacios al interior de la universidad, facultades, aulas, coliseos, y analizar según las dinámicas que se iban generando la posibilidad de encontrar espacios que solventen necesidades de esos momentos. Seguidamente fue generar un prediagnóstico que como resultado dio un mapeo de actores que iban llegando a la Universidad Central, conocer de qué comunidades son, cuántas personas aproximadamente llegan, si cuentan con insumos alimenticios, si se encuentran heridos, entre otras cosas. Al obtener esta información permitió empezar a crear redes que fortalezcan los lazos sociales con las personas de los pueblos y nacionalidades y a raíz de esto ser un apoyo.
Lo importante de “Caminar la Universidad” fue encontrar distintas formas de organización de las comunidades pero también de las y los actores de la universidad, encontrando en distintas carreras y facultades la creación de ollas comunitarias, recepción de donaciones alimenticias, insumos de aseo, el espacio de cuidado de niños/as y el punto de enfermería para atención de heridas y heridos; un caminar desde la observación para poder responder de manera fluida a los aspectos salientes de nuestro entorno, es decir someternos a una educación de la atención (Ingold, 2018,192).
Frente a las necesidades de los nuevos espacios, Trabajo Social estuvo encargada de identificar los recursos comunitarios, barriales, familiares e institucionales que permitieron crear vías de contacto y conexiones para acoger adecuadamente a las organizaciones sociales.
Se activaron redes de comunicación con las facultades y carreras universitarias, también con dirigentes barriales de los sectores cercanos a la universidad, para solicitar el apoyo con utensilios de cocina, alimentos, o útiles de aseo. El enlace con una institución de educación intercultural bilingüe permitió gestionar tazas y platos a fin de utilizar las veces que fueran necesarias y no botar con cada uso, esta estrategia controló el uso de platos y vasos desechables. Desde el enfoque de cuidado a la naturaleza con la misma escuela y estudiantes de la carrera de medio ambiente de la universidad, se organizó mingas para clasificar el material orgánico que salía de las cocinas comunitarias y llevar a la chacra de la escuela para devolver a la tierra, lo que viene de la tierra. Se llevó a cabo el trueque de alimentos entre facultades en la universidad para evitar el desperdicio. Se tejieron redes y se sumaron apoyos de distintos espacios universitarios y sociales, un tejer desde el caminar y un habitar en el mismo espacio con otros cuerpos (2018, Ingold:14).
Otro aspecto de relevancia es la permanente comunicación con la dirigencia que lideraba el grupo, como docentes y estudiantes se sugería acciones, pero prioritariamente se escuchaba con atención las decisiones tomadas. El nivel de organización y comunicación fue una estrategia clave en la lucha social, a tal nivel que la limpieza de los espacios y de los utensilios de cocina e inclusive la preparación de alimentos en la última noche de paro la realizaron por sus propios medios.
La necesidad de circular la palabra exteriorizando las emociones frente al alto índice de violencia estatal visibilizado en el Paro Nacional, nos convocó a crear colectivamente formas de poder manifestarnos a través del arte. La apropiación de espacios en la Facultad llevó a la creación de un mural (fig. 1)y dibujos en formato pequeño (fig. 2,3,4,5) que muestran sus sentires propios de cada integrante de las comunidades quienes pernoctaron en el lugar, donde cada línea trazada es importante no tanto por lo que registra sino por lo que te lleva a ver (Taussig, 2011, Berger 2005:3), se convirtió en una herramienta única que mezcla no solo imágenes y palabras (Ramos, 2010), sino también mundos internos y externos, convirtiéndose en un lugar inmediato de sus recuerdos (Berger, 2005:68). El dibujo permitió expresar sus sentires y estados de ánimo de lo que estaban pasando en ese momento, especialmente se observó gráficos relacionados a la represión estatal a través del uso excesivo de la fuerza policial, utilización de bombas lacrimógenas, construcción de escudos con frases de lucha en idioma quichua y que representaban a su nacionalidad. Otras imágenes que sobresalieron fueron las relacionadas a la naturaleza, sus comunidades, sus sembríos, sus familias. Las letras se combinaron con el retrato y en gran parte de los trabajos se encontraron frases o palabras que complementaban la idea que transmitían.
Fig. 1 Elaboración de Mural
Fig. 2 Dibujo de Wilmer Pullay
Fig. 3 Dibujo de Klever Chiliquinga
Fig. 5 Dibujo de Vinicio Lema
Fig. 4 Dibujo Adolfo Muñoz
Posterior a la elaboración de los dibujos en asamblea se decidió contar que significaba cada una de las palabras o frases que se exponían en los dibujos, con la ayuda de una docente se sistematizó la reunión y validó con el grupo la siguiente poesía:
Martes 28 de junio del 2022 Sistematizadora: Katty Álvarez
Las personas del poder político son policías que no respetan la bandera ni los derechos humanos, reprimen a la gente luchadora.
Se dieron abusos de la policía, ha lanzado bombas, hay abusos del poder (dejále ve Patricio).
Donde vos ves balas yo tengo la palabra, porque la palabra es poder.
Defendiendo nuestros derechos a una vida digna, los indígenas luchamos ante el gobierno. Venimos por 10 puntos no por 10 centavos. Sin lucha por los derechos de los pueblos no hay futuro.
La lucha será la lanza pues los derechos no se negocian.
Como dice Mamá Transito Amaguaña: somos como la paja del páramo, si nos cortan volvemos a crecer.
A pesar de los contextos de violencia y tensión fue importante mantener un diálogo claro y con sustento frente a los habitantes de Quito, pues los medios de comunicación masivos, el gobierno, la clase política y grupos de poder económico blanco-mestizo (Chisaguano, 2022, 525), construyeron una imagen degradante a campesinos e indígenas que se enfrentaban en la protesta social; es necesaria una visión de paralaje sobre el movimiento indígena, esto es, dejar de verlo como actor social y asumirlo como sujeto político (Dávalos, 2022,25), además se considera que los derechos de los pueblos indígenas han evolucionado (Chisaguano, 2022,534).
Desde el Trabajo Social Crítico el acompañamiento hacia las personas que fueron parte del proceso, se generaron reflexiones que permitieron fortalecer lazos después del paro nacional 2022 en donde las acciones se transformaron en procesos reflexivos desde los distintos sectores, por lo tanto la metodología expuesta es la recopilación del proceso vivido en ese momento con la finalidad de mantener la memoria viva de los hechos suscitados durante la protesta social y contribuir al crecimiento de un Trabajo Social Crítico Comunitario que fortalezca el tejido social en los diversos contextos.
Los niveles de violencia iban en aumento durante los días de protesta social por tal motivo desde Trabajo Social Crítico fue importante crear la propuesta de vincular el Trabajo Social con el Arteterapia para generar acciones colectivas con la finalidad de exteriorizar sentires y pensamientos que iban surgiendo debido al caos y la violencia por la represión estatal. Esta propuesta fue consultada con las y los líderes de las comunidades acompañadas.
Las prácticas de cuidado y de autocuidado permitieron poder sostener la vida y la lucha desde el Trabajo Social Crítico en el acompañamiento a las comunidades, compartir alimentos, circular la palabra, crear acciones colectivas para exteriorizar emociones y ser parte del espacio asambleario, permitió fortalecer lazos y sostener el tejido social.
Uno de los pilares importantes en el proceso vivido fue el fortalecimiento de las redes sociales con facultades, carreras, lideresas y líderes barriales y la escuela intercultural bilingüe que desde sus saberes y sus formas de organización se permitió crear distintas estrategias para evitar desperdicios alimenticios, reducir el uso de plásticos, clasificar la basura y devolver a la chacra los desechos orgánicos.
El trabajo colectivo de cual fue parte la profesión de Trabajo Social permitió visibilizar cómo el paro nacional fue fuente de aprendizaje en donde la realidad permitió desarrollar una praxis, es decir permitir que desde la teoría se pueda generar acciones para el acompañamiento a comunidades indígenas durante la protesta social.
Reivindicamos el término acompañamiento y no intervención en Trabajo Social Crítico y Comunitario, ya que el término intervención ha sido utilizado por varias instituciones capitalistas que han generado daño en distintos territorios de los pueblos y nacionalidades en Ecuador.
Para concluir es importante para Trabajo Social crear memoria desde la sistematización de experiencias vividas y de los sucesos en donde el Trabajo Social aporta al fortalecimiento del tejido social comunitario. La memoria de esta experiencia se realizó a través de medios visuales y creaciones artísticas.
Butler, J. (2017). Cuerpos aliados y lucha política: hacia una teoría de la asamblea. Buenos Aires: Paidós.
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Chisaguano, S. (2022). Los pueblos indígenas del Ecuador desde la perspectiva del Estado: un análisis crítico a partir del Paro Nacional de 2022. Pentaciencias. Vol. 5, Núm. 5. pg. 519-538.
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