Revista Científica y Arbitrada de Ciencias Sociales y Trabajo Social ‘‘Tejedora’’: Vol. 3 (Núm. 6) (Ed. Esp. Diciembre). ISSN: 2697-3626
Violencia intrafamiliar y salud mental, nuevos escenarios ante el COVID-19. Una mirada desde la intervención social
significativamente las áreas productivas,
educativas, recreativas, comerciales,
culturales, religiosas y comunicacionales,
reduciendo la realización de todas estas
actividades al confinamiento del hogar a
través del uso de las nuevas tecnologías
muchos casos sexualmente a los miembros
más vulnerables; este hecho se agudiza ante
el consumo de alcohol y otras sustancias
psicoactiva, así como practicas socio-
culturales (machismo, celos, formas de
disciplina, control y modelamiento de la
conducta entre los miembros del sistema).
(mensajerías
instantáneas,
correos
electrónicos, videos-llamadas, entre otras).
Según Gaitán (2020), la violencia
intrafamiliar en este periodo de aislamiento
se ha incrementado en Colombia, de
acuerdo con los datos suministrados por el
informe del Observatorio Colombiano de las
Mujeres, en el cual se destaca que las
denuncias por este motivo aumentaron en
un 175%, considerando las llamadas a la
línea 155 que el gobierno nacional habilitó
para ofrecer apoyo y atención a las mujeres.
Las cifras muestran, desde el 25 de marzo
hasta el 7 de mayo, se hicieron más de 4.300
llamadas a la línea directa para denunciar
cualquier tipo de violencia doméstica; esta
cifra es tres veces mayor que el número de
llamadas realizadas a la línea en el mismo
período de 2019, los datos de violencia
doméstica registrados en esta línea de
asistencia suponen el 71% del total de 5.874
llamadas contestadas durante este periodo
de aislamiento.
Como consecuencia de ello, la dinámica
familiar se ha visto expuesta a un conjunto
de situaciones estresantes, afectando la
salud mental de todos sus integrantes. Al
respecto la (OMS, 2020), señala que esta
pandemia ha generado diversas condiciones
que ponen en riesgo las capacidades físicas
y psíquicas de las personas, no sólo los
efectos directos del virus en el organismo,
sino los derivados de las circunstancias que
este conlleva y las medidas de adoptadas
para mitigar y prevenir el mismo, entre las
que se destacan: aislamiento obligatorio de
la cuarentena y posterior aislamiento
voluntario, exposición a noticias sobre el
creciente número de víctimas contagiadas y
fatales, el teletrabajo, la convivencia en
espacios reducidos y la incertidumbre
económica, han afectado los mecanismos de
afrontamiento de la población en general.
En este contexto, la violencia constituye una
de las conductas más recurrentes empleadas
para canalizar los estados de estrés,
evidenciándose en los últimos meses a nivel
mundial un incremento de esta acción
contra los niños, niñas, adolescentes y
mujeres al interior del sistema a familiar. De
esta forma, el hogar y la familia entornos de
protección y desarrollo integral de sus
miembros se convierte en espacios de
riesgo, por cuanto deben convivir con la
persona que agrede psicológica - física y en
En Bogotá como, esta situación presenta la
misma dinámica; al respecto Montoya
(2020), destaca que, en relación a las
manifestaciones de la violencia intrafamiliar,
en este el feminicidio ha cobrado la vida de
más de 12 mujeres en el territorio nacional,
la violencia física (23%), psicológica (50%),
caracterizándose esta por ser más
inadvertida y normalizada, siendo esta la
que inicia el ciclo de violencia, económica
(19%), sexual y patrimonial con un 4% cada
una y la verbal (1%).
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