Artículo de Investigación

 

DOI: https://doi.org/10.56124/tj.v7i16.020 

 

CONDICIONES HABITACIONALES Y CONSUMO DE DROGAS EN ESTUDIANTES DE LA ULEAM, AÑO 2024

HOUSING CONDITIONS AND DRUG USE IN ULEAM STUDENTS, YEAR 2024

 

 

Nayeli Nicole Párraga Zambrano

https://orcid.org/0009-0004-7845-0850

Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí - ULEAM

nicol-parraga@hotmail.com

 

 

María Consuelo Pibaque Tigua

 https://orcid.org/0000-0003-4076-215X

Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí - ULEAM

maria.pibaque@uleam.edu.ec

 

Resumen

El consumo de drogas afecta a diversos grupos de la población, siendo los estudiantes universitarios particularmente vulnerables debido a sus circunstancias específicas. Este estudio tuvo como objetivo analizar la relación entre las condiciones habitacionales y el consumo de drogas en estudiantes de la Uleam, así como identificar los factores sociodemográficos asociados. Se empleó el método exploratorio, descriptivo y correlacional, con un enfoque cuantitativo. La investigación se realizó con una muestra de 359 estudiantes de las Facultades de Ciencias Sociales, Derecho y Bienestar, y de Ciencias Administrativas, Contables y Comercio. En el proceso investigativo y de recolección de datos, se aplicó una encuesta estructurada y un cuestionario como instrumento principal. Los resultados evidenciaron que existe una relación entre las condiciones habitacionales deficientes y una mayor vulnerabilidad al consumo de sustancias, en conjunto con la influencia de otros factores. Además, se identificó un consumo ocasional de alcohol, tabaco y marihuana, principalmente por motivos recreativos y de experimentación. El estudio concluyó que existe una correlación entre las variables estudiadas, destacando la importancia de considerar las condiciones habitacionales como un factor relevante en las estrategias de prevención del consumo de drogas en estudiantes universitarios.

 

Palabras clave: condiciones habitacionales; consumo de drogas; estudiantes universitarios.

 

Abstract

 

Drug consumption affects various population groups, with university students being particularly vulnerable due to their specific circumstances. This study aimed to analyze the relationship between housing conditions and drug consumption among Uleam students, as well as identify associated sociodemographic factors. An exploratory, descriptive, and correlational method was employed, using a quantitative approach. The research was conducted with a sample of 359 students from the Faculties of Social Sciences, Law and Welfare, and Administrative, Accounting, and Commercial Sciences. During the research and data collection process, a structured survey and questionnaire were used as the primary instruments. Results showed a relationship between poor housing conditions and increased vulnerability to substance consumption, along with the influence of other factors. Additionally, occasional consumption of alcohol, tobacco, and marijuana was identified, primarily for recreational and experimental purposes. The study concluded that a correlation exists between the studied variables, highlighting the importance of considering housing conditions as a relevant factor in drug consumption prevention strategies for university students.

 

Keywords: housing conditions; drug consumption; university students.

 

 

 

Introducción

El consumo de drogas en la población estudiantil representa un creciente desafío para el bienestar social y académico. Las condiciones habitacionales definidas por Actis (2017) como un “componente básico de bienestar social, calidad de vida y pobreza” (p. 48), se presentan como un factor influyente en este fenómeno. Este estudio analiza la relación entre las condiciones habitacionales y el consumo de drogas en estudiantes de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (Uleam), considerando que un entorno habitacional deficiente podría asociarse con un mayor riesgo de consumo de sustancias.

Investigaciones previas han propuesto vínculos entre estas variables. Lara et al. (2019), en su estudio sobre la progresión y escalonamiento en el consumo de drogas en Argentina, determinaron que los factores socioeconómicos, incluyendo las características de la vivienda pueden tener un impacto en los patrones de consumo, además se expone que vivir en una vivienda precaria aumenta la probabilidad de consumo de sustancias, aunque este efecto no alcanzó significancia estadística.

En el ámbito universitario, Píngel (2021) aborda las estrategias de afrontamiento en jóvenes que se encuentran en situación de consumo de drogas, señalando que las condiciones del entorno doméstico sean estas, la sobrecarga de responsabilidades y las carencias en las necesidades familiares, están asociadas con el consumo de drogas. Este estudio resalta la importancia de considerar el contexto habitacional al realizar investigaciones relacionadas al consumo, puesto que las condiciones de vida pueden repercutir en este comportamiento.

Desde una perspectiva teórica, esta problemática puede analizarse a través de dos enfoques: la teoría del aprendizaje social de Albert Bandura que explica cómo “los individuos aprenden a replicar el comportamiento de otros” (Núñez, 2022, p. 2)., destacando la influencia de la familia y el grupo de iguales en el inicio y continuidad del consumo de sustancias. Asimismo, la teoría del conflicto de Karl Marx examina cómo las desigualdades entre clases sociales afectan a la sociedad (Vivas, 2019, p. 93). La distribución desigual del poder y los recursos entre grupos puede conducir a condiciones de vida precarias. Estas circunstancias desfavorables, resultantes de los conflictos sociales y económicas, podrían estar relacionados con el aumento del consumo de drogas en ciertos sectores de la población.

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, 2023) subraya la vulnerabilidad de los jóvenes ante el consumo de drogas, con una prevalencia anual de consumo de cannabis del 5,34 % entre personas de 15 y 16 años, en comparación a la de los adultos (4,3%) (p. 1). Desde esta visión se resalta la importancia de estudiar esta problemática en la población universitaria, que se encuentran en una etapa de transición y desarrollo. A pesar de que existen múltiples factores de riesgo, las condiciones habitacionales deficientes podrían representar un elemento detonante que incremente la vulnerabilidad de los estudiantes y los lleve a recurrir al consumo de drogas como forma de hacer frente a su entorno, debido a que este aspecto se relaciona directamente con el bienestar del individuo. No obstante, se reitera la significancia de otros factores determinantes que inducen al consumo y el uso problemático de sustancias.

La importancia de este estudio radica en alta incidencia del consumo de drogas en la población estudiantil y la falta de investigaciones que abordan de manera amplia la relación entre las condiciones habitacionales y este fenómeno. Esta disparidad en el conocimiento obstaculiza el desarrollo e implementación de intervenciones efectivas. Además, este estudio busca proporcionar datos clave que no solo enriquecerán el ámbito académico, sino que sentarán las bases para futuras investigaciones y acciones concretas. La viabilidad se sustenta con la participación activa de la comunidad universitaria de la Uleam, facilitando el acceso a información esencial y representativa.

El objetivo principal de la investigación se direcciona al análisis de las condiciones habitacionales y su impacto en el consumo de drogas en estudiantes de la Uleam, identificando la relación existente entre estas dos variables, así como otros aspectos relevantes que incluyen la identificación de las condiciones habitacionales y la incidencia de esta problemática en la población estudiantil.

 

Metodología

La investigación se realizó con un enfoque cuantitativo, analizando las condiciones habitacionales y su impacto en el consumo de drogas en estudiantes de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (Uleam). El estudio se llevó a cabo durante el período académico 2023-2024 en las instalaciones de esta institución.

Se adoptó un enfoque cuantitativo que, como señala Gregorio (2023), “asume las características de realizar planteamientos acotados para medir fenómenos, en su transcurso utiliza estadísticas con el fin de probar una hipótesis y de la teoría; los procesos que usa son deductivos, secuenciales, probatorios y analiza la realidad objetiva” (p. 137). Este enfoque permitió una comprensión detallada de la relación entre las variables estudiadas y la formulación de conclusiones objetivas sobre la problemática respectiva.

Los métodos empleados fueron el deductivo e inductivo. El método deductivo se utilizó para ampliar la noción sobre las variables, mientras que el inductivo permitió, a través de la aplicación de técnicas e instrumentos de recolección de datos, formular conclusiones que posteriormente se generalizaron a la población de estudio, identificando tendencias de la muestra seleccionada.  

En cuanto a las técnicas e instrumentos aplicados, se adoptó una encuesta en línea utilizando la plataforma de Google Forms. El instrumento consistió en un cuestionario estructurado de 15 preguntas cerradas, diseñadas para indagar puntos clave de las variables estudiadas.

La población de estudio estuvo conformada por 5.434 estudiantes pertenecientes a la Facultad de Ciencias, Sociales, Derecho y Bienestar, y a la Facultad de Ciencias Administrativas, Contables y Comercio de la Uleam. Se seleccionó una muestra representativa de 359 estudiantes, calculada mediante la fórmula de muestreo para poblaciones finitas, con un nivel de confianza del 95% y un margen de error del 5%. La muestra incluyó estudiantes de todas las carreras que conforman ambas facultades.

En la investigación se obtuvo el consentimiento informado de todos los participantes antes de su inclusión en el estudio, garantizando la confidencialidad y el anonimato de los datos recolectados. Aquello permitió un análisis riguroso de las condiciones habitacionales y su relación con el consumo de drogas en la población estudiantil de la Uleam.

 

Resultados y discusión

Resultados

La aplicación de los instrumentos de recolección de datos en las facultades seleccionadas permitió obtener la siguiente información:

 

Tabla 1

Factores sociodemográficos

No.

Opciones de Respuestas

Frecuencias

%

Facultad

1

Ciencias Sociales, Derecho y Bienestar 

175

49%

2

Ciencias Administrativas, Contables y Comercio

184

51%

Edad

1

Menor de 18 años

2

1%

2

18 – 24 años

287

80%

3

25 – 32 años

52

14%

4

33 – 40 años

15

4%

5

Mayor de 40

3

1%

Género

1

Mujer

244

68%

2

Hombres

115

32%

Total

 

359

100%

Fuente: Estudiantes de las Facultades de Ciencias Sociales, Derecho y Bienestar, y Ciencias Administrativas, Contables y Comercio. 

Elaborado por: Párraga Zambrano Nayeli

 

Los datos en la Tabla 1 revelan una mayor participación de la Facultad de Ciencias Administrativas, Contables y Comercio (51%) en comparación con la Facultad de Ciencias Sociales, Derecho y Bienestar (49%). La edad predominante de los estudiantes oscila entre 18 a 24 años (80%), con una notable representación femenina del 68% en la muestra.

 

 

 

Tabla 2

Condiciones habitacionales

No.

Opciones de Respuestas

Frecuencias

%

Tipo de vivienda

1

Cuarto

29

8%

2

Departamento

85

24%

3

Mediagua

3

1%

4

Casa

239

67%

5

Choza

0

0%

6

Otro

3

1%

Material principal de estructura de la vivienda

1

Hormigón

208

58%

2

Madera

9

3%

3

Caña

9

3%

4

Mixta

49

14%

5

Otro

84

23%

Régimen de tenencia

1

Propia

182

51%

2

Arrendada

116

32%

3

Compartida

34

9%

4

Prestada

16

4%

5

Cedida

1

0,3%

6

Otro

10

3%

Servicios básicos disponibles

1

Alcantarillado

245

68%

2

Pozo ciego

45

13%

3

Recolección de Basura

283

79%

4

Agua Potable

279

78%

5

Transporte

154

43%

6

Energía Eléctrica

339

94%

7

Aceras

141

39%

8

Calle Pavimentada 

183

51%

9

Internet

308

86%

10

Alumbrado Público

263

73%

11

Otros

20

6%

Ingreso mensual del hogar

1

Totalmente de acuerdo

40

11%

2

De acuerdo

90

25%

3

Neutral

136

38%

4

En desacuerdo

69

19%

5

Totalmente en desacuerdo

24

7%

Ubicación

1

Urbana

299

83%

2

Rural

60

17%

Servicios disponibles en la comunidad

1

Centros de Salud

191

53%

2

Escuelas

247

69%

3

UPC (Unidad de Policía Comunitaria)

100

28%

4

Parques

196

55%

5

Farmacias

245

68%

6

Cuerpo de Bomberos

62

17%

7

Centro de Desarrollo Infantil

46

13%

8

Supermercados o tiendas

237

66%

9

Gimnasios

154

43%

10

Restaurantes

171

48%

11

Ninguno

21

6%

12

Otros

14

4%

Fuente: Estudiantes de las Facultades de Ciencias Sociales, Derecho y Bienestar, y Ciencias Administrativas, Contables y Comercio. 

Elaborado por: Párraga Zambrano Nayeli

El análisis de las condiciones habitacionales indicó que el 67% de los estudiantes reside en casas y el 24% en departamentos, siendo un porcentaje menor quienes viven en un cuarto (8%), mediagua (1%) u otros tipos de vivienda. Respecto al material de construcción, predominan las estructuras de hormigón (58%), otros materiales no especificados (23%), estructuras mixtas (14%), madera (3%) y caña (3%).

En cuanto al régimen de tenencia, el 51% de los estudiantes habita en viviendas propias, mientras que el 32% debe arrendar. Menos del 10% se encuentra en viviendas compartidas (9%), prestadas (4%), cedidas (0.3%) u otras situaciones particulares (3%). Por otra parte, la disponibilidad de servicios básicos varía según la ubicación geográfica de los estudiantes. Más del 50% cuenta con servicios esenciales como agua potable (78%), energía eléctrica (94%), alcantarillado (68%), recolección de basura (79%), internet (86%) y alumbrado público (73%), entre otros que se pueden observar en la Tabla 2.

Respecto al ingreso mensual del hogar, el 38% de los estudiantes mantiene una posición neutral, lo que indica que el ingreso cubre los gastos esenciales. El 25% considera que el ingreso es suficiente para mantener un nivel de vida adecuado, respaldado por un 11% que está totalmente de acuerdo. En contraste, el 19% está en desacuerdo y el 7% totalmente en desacuerdo de lo anterior. Además, se observa que el 83% de los estudiantes reside en zonas urbanas, mientras que el 17% se encuentra en zonas rurales.

En cuanto a los servicios disponibles en la comunidad, más del 50% tiene acceso a escuelas (69%), farmacias (68%), supermercados o tiendas (66%), parques (55%) y centros de salud (53%), entre otros.

Tabla 3

Experiencia con sustancias

No.

Opciones de Respuestas

Frecuencias

%

1

No he consumido drogas

211

59%

2

Alcohol 

143

40%

3

Tabaco

47

13%

4

Cocaína

4

1%

5

Marihuana

16

4%

6

Anfetaminas 

3

1%

7

Éxtasis

2

1%

8

LSD

2

1%

9

Heroína

2

1%

10

Otros

11

3%

Fuente: Estudiantes de las Facultades de Ciencias Sociales, Derecho y Bienestar, y Ciencias Administrativas, Contables y Comercio. 

Elaborado por: Párraga Zambrano Nayeli

En relación con la incidencia del consumo de drogas, el 59% de los estudiantes reportó no haber consumido drogas previamente. Sin embargo, el 40% manifestó haber consumido alcohol, siendo esta la sustancia de mayor prevalencia entre la población estudiantil. El tabaco tuvo una preferencia menor con un 13% de consumo, al igual que la marihuana (4%) y otros tipos de drogas que registran solo un 1%. Un 3% adicional se direcciona al consumo de sustancias no especificadas en el instrumento.

Tabla 4

Influencia de las condiciones de la vivienda respecto al consumo de drogas

No.

Opciones de Respuestas

Frecuencias

Porcentajes

1

Totalmente de acuerdo

87

24%

2

De acuerdo

96

27%

3

Neutral

102

28%

4

En desacuerdo

40

11%

5

Totalmente en desacuerdo

34

9%

Total

 

359

100%

Fuente: Estudiantes de las Facultades de Ciencias Sociales, Derecho y Bienestar, y Ciencias Administrativas, Contables y Comercio. 

Elaborado por: Párraga Zambrano Nayeli

Como se observa en la Tabla 4, en cuanto a la percepción de la influencia de las condiciones de vivienda en la decisión de consumo de drogas, el 28% de los estudiantes mantiene una postura neutral. El 27% está de acuerdo en que existe un impacto directo, lo cual es reafirmado por un 24% que está totalmente de acuerdo. En contraste, el 11% está en desacuerdo con esta relación, y un 9% no percibe una incidencia directa entre estas variables.

Discusión

Los resultados que se derivan de esta investigación proporcionan una comprensión más amplia de las condiciones habitacionales y su relación con el consumo de drogas en estudiantes de la Uleam. La muestra presenta un alto porcentaje de estudiantes jóvenes (80% de entre 18 a 24 años) y una mayor participación femenina (68%) lo que refleja una composición común de la población universitaria actual. Esta distribución demográfica podría influir en los patrones de consumo observados, ya que la etapa universitaria se caracteriza por ser un medio de constantes cambios que pueden resultar en situaciones complejas. Vélez et al. (2019) mencionan algunos ejemplos como “el sedentarismo, la obesidad, el estrés, conductas de riesgo frente a la salud sexual y reproductiva y el consumo de drogas, entre otros” (p. 149).

 

Las condiciones habitacionales de los estudiantes presentan una perspectiva variada. Un alto porcentaje (67%) reside en casas, seguido por un 24% en departamentos, lo que propone que la mayoría de los estudiantes tienen acceso a espacios habitacionales adecuados. Sin embargo, un 8% vive en cuartos y un 1% en mediaguas, lo que podría indicar condiciones más precarias para una minoría significativa. Estas diferencias en el tipo de vivienda podrían estar relacionadas con factores como el número de integrantes del hogar, los ingresos familiares o circunstancias particulares de los estudiantes.

Respecto a la estructura de las viviendas, el 58% está construido con hormigón, lo que indica solidez y resistencia a diversas condiciones ambientales u otros riesgos. No obstante, un 23% utiliza otros materiales no especificados y un 14% tiene una estructura mixta, lo que podría implicar variaciones en la calidad y durabilidad de las viviendas. Este aspecto es relevante considerando que la calidad de la vivienda puede influir en el bienestar general de los estudiantes.

Si bien el 51% reside en viviendas propias, lo que supone cierta estabilidad, un 32% debe arrendar, lo cual podría implicar una carga financiera adicional. Esta situación se torna compleja al considerar que solo el 36% de los estudiantes considera que el ingreso del hogar es suficiente para cubrir sus necesidades básicas. En relación con ello, algunos estudios afirman que “las dificultades económicas son causales indicadoras de las razones por la cual los adolescentes y jóvenes buscan en las drogas satisfacción” (Argudo y Quezada, 2017).

Es notable que la mayoría de las viviendas cuentan con servicios básicos como electricidad (94%) e internet (86%), fundamentales para el desarrollo académico. Sin embargo, las deficiencias en acceso a agua potable (78%) y alcantarillado (68%) en algunos hogares podrían indicar condiciones de vida precarias que potencialmente afecten el bienestar de los estudiantes. Así como el acceso a servicios en la comunidad cuya disparidad podría influir en la calidad de vida y las oportunidades de este grupo.

La ubicación de las viviendas muestra una clara prevalencia urbana (83%) sobre la rural (17%). Aunque la ubicación de la zona urbana generalmente facilita el acceso a servicios, los datos exponen que esto no es un factor determinante, dado que algunas comunidades urbanas carecen de servicios esenciales, mientras que algunas zonas rurales pueden ofrecer sistemas de apoyo comunitario alternos. Los problemas en el entorno de la vivienda, como la delincuencia/vandalismo (45%), ruidos exteriores (37%) y falta de zonas verdes (28%), indican que muchos estudiantes residen en ambientes que podrían no ser óptimos para su desarrollo académico y personal.

Respecto al consumo de drogas, es significativo que el 59% de los estudiantes no reporte consumo. No obstante, la alta prevalencia de consumo de alcohol (40%) genera una alta preocupación, además de ser consistente con investigaciones realizadas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2018), en la que “la prevalencia de los episodios de consumo de alcohol alcanza su punto máximo a la edad de 20 a 24 años” (p. 6). El consumo ocasional reportado por el 30% de los estudiantes, aunque es menos frecuente, aún representa un riesgo potencial para su salud y rendimiento académico.

Las razones detrás del consumo son principalmente la diversión/experimentación (69%) y la presión de grupos (45%), lo cual refleja las motivaciones comunes que se presentan en la edad universitaria. Por otra parte, la búsqueda de alivio (41%) como detonante del consumo propone que algunos estudiantes podrían estar utilizando sustancias como mecanismo de afrontamiento ante situaciones estresantes. En relación con los efectos que se derivan del consumo, es importante destacar que, el 63% no percibe repercusiones del uso de algún tipo de sustancia. Los que sí reportan algunas consecuencias mencionan efectos negativos como la ansiedad/depresión (16%) y la pérdida de motivación (14%). Esta situación podría tener un impacto significativo en el rendimiento académico y bienestar general de los estudiantes afectados. 

La percepción de que las condiciones de vivienda influyen en el consumo de drogas muestra una variabilidad notable, mientras que el 28% mantiene una postura neutral, sugiriendo que otros factores podrían ser más influyentes, otro porcentaje sí percibe una relación. Esto indica que las condiciones habitacionales, aunque no son determinantes, podrían ser un factor contribuyente en las decisiones de consumo de algunos estudiantes. Esto se debe a que, al presentarse condiciones óptimas en torno a la vivienda, los estudiantes no perciben este factor como una causa directa del consumo, en comparación con quienes sí enfrentan alguna situación particular.

Los datos resaltan diversas posturas que nos permiten comprender la multiplicidad de realidades que presenta cada estudiante, lo cual puede dar paso a diversas problemáticas de acuerdo con el caso. El entorno universitario es un medio en el que los estudiantes se enfrentan a una etapa de constantes cambios que, si no se afronta de la manera adecuada, puede dar paso a problemas que afectan no solo a la vida personal sino también académica y profesional.

 

Conclusiones

La presente investigación revela hallazgos significativos que contribuyen a la comprensión de la relación de las respectivas variables. Los resultados permiten establecer que existe una relación entre las condiciones habitacionales y el consumo de drogas en la población estudiantil de la Uleam. Este nexo se manifiesta principalmente en estudiantes que experimentan déficits en sus condiciones de vivienda, los cuales presentan una mayor vulnerabilidad frente al consumo de sustancias.

Los factores sociodemográficos juegan un papel clave en este estudio, gran parte de los estudiantes se encuentra en el rango de edad de 18 a 24 años, con una notable prevalencia de la población femenina. Estos grupos muestran una mayor tendencia al consumo de drogas, lo que expone la necesidad de enfocar estrategias de prevención en esta fracción específica.

Las condiciones habitacionales de los estudiantes presentan una marcada variabilidad. Mientras que una proporción goza de condiciones adecuadas y acceso a servicios fundamentales, existe un grupo vulnerable con carencias visibles. Esta disparidad se atribuye a factores como la ubicación geográfica, el acceso a servicios básicos y comunitarios, el ingreso mensual y el régimen de tenencia de la vivienda.

En cuanto al consumo de drogas, se observa una incidencia preocupante en la población estudiantil. Aunque la mayoría no consume sustancias, existe una proporción significativa que recurre a ellas de manera ocasional o habitual. El alcohol y el tabaco se identifican como las sustancias de uso más común, seguidos por la marihuana y otras drogas en menor medida.

Los principales factores que motivan el consumo incluyen la búsqueda de diversión y experimentación, la presión de grupos y el uso de sustancias como mecanismo de afrontamiento ante situaciones estresantes. Esto último se relaciona directamente con las condiciones habitacionales deficientes, las dificultades económicas y otros aspectos que generan vulnerabilidad. Las consecuencias del consumo se reflejan principalmente en problemas de salud mental y disminución del rendimiento académico, lo que subraya la importancia de abordar esta problemática de manera integral.

Es importante señalar que, si bien se ha establecido una relación entre las variables estudiadas, esta no es determinante para toda la población estudiantil, dado que algunos estudiantes a pesar de enfrentar condiciones adversas no recurren al consumo, lo que señala la presencia de factores de protección que podrían ser indagados en futuros estudios. Además, se destaca la relevancia de considerar las condiciones habitacionales como un factor significativo en las estrategias de prevención, puesto que se precisa evaluar la incidencia de este aspecto en relación con la problemática del consumo de drogas. Este estudio realza la necesidad de abordar este fenómeno de manera integral considerando las condiciones de vida de los estudiantes.

 

 

 

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Referencias

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