Artículo de Investigación

 

DOI: https://doi.org/10.56124/tj.v7i16.011

 

DIAGNÓSTICO DEL ALZHEIMER Y SU IMPACTO EMOCIONAL EN LAS FAMILIAS DE LOS ADULTOS MAYORES

 

DIAGNOSIS OF ALZHEIMER'S AND ITS EMOTIONAL IMPACT ON THE FAMILIES OF OLDER ADULTS

 

 

 

Jonathan Jacinto Cedeño Macías

 https://orcid.org/0009-0006-2964-9569  

Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí

jonathanj.cedeno@uleam.edu.ec

 

 

Andrés Santiago Galarza Schoenfeld

https://orcid.org/0000-0002-6570-8574  

Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí

andres.galarza@uleam.edu.ec

 

 

Anthony Xavier Joza Gonzalez

 https://orcid.org/0009-0000-6012-1961

Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí

anthony.joza@uleam.edu.ec

 

 

Resumen

 

Esta investigación plantea como objetivo, comprender la relación entre el diagnóstico de Alzheimer y las repercusiones emocionales en las familias de los afectados. El problema identificado radica en la falta de comprensión integral sobre cómo el diagnóstico de Alzheimer afecta emocionalmente a las familias en Manabí, esta creciente incidencia de esta enfermedad neurodegenerativa presenta desafíos significativos para las familias, quienes a menudo experimentan ansiedad, estrés y cambios en la dinámica familiar al asumir roles de cuidadores. Se adoptó un enfoque cuantitativo donde se da la implementación de encuestas como técnicas de investigación, que brindan una visión completa de la experiencia de las familias, permitiendo identificar necesidades específicas y proponer recomendaciones para mejorar el apoyo emocional. Entre los principales resultados se conoció que 1 de 4 casos confirmados de alzheimer cuentan con historial familiar, el 85% de los cuidadores sufren de estrés emocional en diferentes niveles y solo el 15% de estos han buscado ayuda profesional, demostrando la poca importancia que los cuidadores le dan a su propia salud. En conclusión, el diagnóstico del Alzheimer afecta mayormente en la salud mental y emocional de los familiares de los adultos mayores que padecen esta enfermedad.

 

            Palabras clave: Enfermedad de Alzheimer, impacto emocional, adultos mayores, diagnóstico médico.

 

Abstract

The objective of this research is to understand the relationship between the diagnosis of Alzheimer's and the emotional repercussions on the families of those affected. The problem lies in the lack of comprehensive understanding of how the diagnosis of Alzheimer's emotionally affects families in Manabí, this increasing incidence of this neurodegenerative disease presents significant challenges for families, who often experience anxiety, stress and changes in dynamics. family when assuming caregiver roles. A quantitative approach was adopted where surveys are implemented as research techniques, which provide a complete view of the families' experience, allowing specific needs to be identified and recommendations to improve emotional support. Among the main results, it was known that 1 in 4 confirmed cases of Alzheimer's have a family history, 85% of caregivers suffer from emotional stress at different levels and only 15% of these have sought professional help, demonstrating the little importance that Caregivers give to their own health. In conclusion, the diagnosis of Alzheimer's mainly affects the mental and emotional health of the relatives of older adults who suffer from this disease.

 

Keywords: Alzheimer's disease, emotional impact, older adults, medical diagnosis.

 

 

Introducción

El Alzheimer y otras demencias son un problema de salud pública en constante aumento debido al envejecimiento de la población, con el paso del tiempo, se espera que el número de personas afectadas por esta enfermedad siga aumentando, lo que a su vez aumentará el número de familias que se enfrentan a los desafíos emocionales asociados.

En un contexto histórico, el alzheimer ha sido reconocido como una enfermedad distintiva desde hace más de un siglo, pero en las últimas décadas se ha visto un progreso significativo en la comprensión y tratamiento de la enfermedad, donde el envejecimiento de la población adulta y el aumento de la esperanza de vida han llevado a un incremento en la prevalencia del alzheimer, generando una creciente conciencia sobre la importancia de su abordaje, su impacto en la salud pública y la calidad de vida de adultos mayores y sus familias (Soto, 2018).

Según la Asociación de Alzheimer (2021) "el Alzheimer y otras demencias son enfermedades devastadoras que no solo afectan a las personas diagnosticadas, sino que también afectan a sus familias, amigos y cuidadores" (p. 327). Esta enfermedad no solo deteriora la salud física y mental de los afectados, sino que también genera una carga emocional y económica significativa para las familias.

El principal problema en torno al diagnóstico del Alzheimer y su incidencia en el impacto emocional de las familias de los adultos mayores es la falta de comprensión y apoyo adecuados para las familias que enfrentan este diagnóstico, ya que el alzheimer no solo afecta al paciente, sino que también tiene un profundo impacto emocional en sus seres amados, quienes por lo general experimentan altos niveles de estrés, ansiedad, depresión y otros síntomas emocionales.

En todo caso, el problema de investigación sobre el Alzheimer en adultos mayores tiene profundas implicaciones sociales que afectan la calidad de vida, las relaciones familiares, la participación social y la estabilidad económica de los adultos mayores afectados y sus familias.

El impacto emocional de esta enfermedad en las familias puede manifestarse de diversas formas, como el estrés, la ansiedad, la depresión y la sensación de pérdida, afectando en la calidad de vida de los familiares, así como en su capacidad para brindar cuidado y apoyo adecuado al paciente con Alzheimer.

Barrera et al. (2018) especifica que “las demencias provocadas por el Alzheimer pueden ser tan severas que afectan de manera significativa las esferas sociales, familiares y laborales de los pacientes” (p.58). Esto puede referirse a dificultades en la interacción social, la capacidad de establecer relaciones y sobre el malestar emocional que puede afectar a los familiares de la persona con esta enfermedad degenerativa.

Estas consecuencias refuerzan la necesidad de comprender y abordar los desafíos que enfrentan los pacientes con Alzheimer y sus familias, y proporcionarles el apoyo necesario para afrontar esta enfermedad neurodegenerativa.

El objetivo de estudio se centra en comprender cómo el diagnóstico de esta enfermedad afecta emocionalmente a los familiares de los adultos mayores, explorando las diferentes emociones experimentadas y los desafíos que enfrentan en su rol de cuidadores.

 

Teoría y conceptos

Para empezar, ser diagnosticado con Alzheimer significa que un individuo ha sido evaluado por un profesional de la salud y se ha confirmado que presenta síntomas consistentes con esta enfermedad degenerativa, lo que implica experimentar un deterioro cognitivo progresivo, esto incluye problemas de memoria, dificultades en el lenguaje, alteraciones en la capacidad de razonamiento y cambios en el comportamiento y la personalidad (Barrera et al. 2018). Recibir este diagnóstico es una noticia que genera un impacto tanto para los pacientes como para los familiares, porque se entiende que existirá un cambio significativo en la calidad de vida de uno de los miembros.

Asimismo, Bombón y Fierro (2022) aportan que “el diagnóstico del alzheimer es un proceso complejo que implica evaluar los síntomas del paciente, descartar otras posibles causas de deterioro cognitivo y realizar pruebas específicas para confirmar la presencia de la enfermedad” (p. 13). Esto incluye una evaluación médica completa para descartar otras condiciones médicas que puedan estar causando los síntomas, así como pruebas específicas para evaluar el funcionamiento cognitivo del individuo.

En este caso, el, impacto emocional del alzheimer “puede ser profundo y abrumador tanto para la persona diagnosticada como para sus seres queridos, en dicho sentido, la enfermedad puede acarrear aspectos como ansiedad, miedo al futuro, tristeza, frustración, confusión, estrés, culpa, preocupaciones financieras” (Ríos y López, 2019, p. 36). Esta situación arrastra a toda la familia hacia un mar de emociones turbulentas que van desde la tristeza, miedo y la frustración hasta el amor inquebrantable y la esperanza en medio de toda esa enfermedad.

Por otra parte, la historia familiar juega un papel significativo en enfermedades neurodegenerativas, ya que “puede indicar la presencia de factores genéticos que aumentan el riesgo de padecer la enfermedad, esto puede influir en la toma de decisiones sobre el cuidado futuro y la preparación para posibles desafíos que puedan surgir” (Días, 2022, p. 156).

Si bien la historia familiar puede indicar un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer, no es un destino inevitable, ya que muchos otros factores, como el estilo de vida, la salud general y el entorno, también desempeñan un papel crucial, pero siempre es importante trabajar con profesionales médicos para obtener asesoramiento y apoyo.

Referente al control y retraso de la enfermedad, “estos cuidados son esenciales para preservar la calidad de vida de las personas afectadas y sus seres queridos, puesto que retardar la progresión de esta enfermedad neurodegenerativa es crucial por sus impactos positivos en múltiples aspectos” (Espín, 2020, p.1138). Esto porque permite preservar las funciones cognitivas por más tiempo, lo que posibilita a los individuos mantener su independencia y autonomía en las actividades diarias.

            De acuerdo con Tamayo (2021) “la detección de esta enfermedad implica proporcionar información clara y comprensible, así como un sistema de apoyo emocional que incluya familiares, amigos y profesionales de la salud para ayudarles a procesar las emociones difíciles y encontrar consuelo” (p. 4).

Por tanto, a pesar de que esta enfermedad puede ser producto genético por condiciones familiares u otros factores externos, cuidar y protegerse mediante buenos hábitos y decisiones pueden ayudar totalmente a reducir las posibilidades de padecerlo.

Por otra parte, hay que recalcar que el grupo etario que tiene mayores posibilidades de padecer esta enfermedad son los adultos mayores. Arizaga, et al. (2018) menciona que “la prevención del Alzheimer en personas adultas mayores puede contribuir a mantener la calidad de vida y la independencia durante el envejecimiento, adoptar hábitos como ejercicio y la estimulación cognitiva pueden ayudar a reducir el riesgo de esta enfermedad” (pp. 44-60).

Por ende, prevenir o retrasar el Alzheimer tiene un impacto significativo en su autonomía y bienestar general, puesto que al mantener una función cognitiva más aguda y una salud cerebral óptima, se puede preservar la capacidad de tomar decisiones, mantener conexiones sociales y llevar a cabo actividades cotidianas de manera independiente.

En otro sentido, se debe destacar que la actividad cognitiva es altamente beneficiosa para el ser humano en general, evitando futuras enfermedades mentales psicológicas, especialmente, con una mayor frecuencia en adultos mayores, sin embargo, en muchas ocasiones actividades estimulantes al cerebro son ausentes en toda la vida adulta y al llegar a la vejez suele acarrear problemas graves.

Dicha situación, hace referencia al proceso mental mediante el cual un individuo adquiere, procesa, almacena y usa información, esto incluye un cúmulo de funciones mentales, como la memoria, percepción, la atención, el razonamiento, la resolución de problemas, comunicación y la toma de decisiones (Samudio, et al. 2018).

Como último punto, las estrategias de afrontamiento son otro factor importante a considerar, siendo esenciales ante el diagnóstico del alzheimer en adultos mayores debido a la naturaleza desafiante y disruptiva de esta enfermedad neurodegenerativa, estas brindan herramientas para manejar estas emociones de manera saludable, permitiendo a las personas expresar sus sentimientos y encontrar formas constructivas de enfrentarlos, promoviendo la búsqueda de apoyo emocional y social (Fernández, et al., 2020).

Estas estrategias no solo ayudan a la persona afectada y miembros de su familia a enfrentar los desafíos del Alzheimer, sino que también pueden mejorar su calidad de vida y la de sus cuidadores.

 

 

 

 

Metodología  

Para esta investigación se emplea un enfoque cuantitativo, el cual Sampieri et al. (2014) especifica que es una “perspectiva investigativa basada en la medición numérica y el análisis estadístico de la información recopilada que busca generalizar los resultados a partir de muestras representativas, utilizando técnicas estadísticas para llegar a conclusiones que puedan aplicarse a una población más amplia” (p. 104). Este método permitirá obtener una comprensión más completa, detallada y enriquecedora de la situación, al mostrar datos que se encuentran plasmados en tablas o gráficos.

El diseño de esta investigación fue no experimental de corte transversal bajo un alcance descriptivo que se caracterizó por describir la situación actual del problema planteado que tiene que ver con el impacto emocional causado a la familia producto de una enfermedad degenerativa como lo es el alzheimer en adultos mayores.

El tipo de investigación es descriptivo-exploratorio el cual “invita a sumergirnos en las capas superficiales y profundas de un tema, revelando sus características, patrones y conexiones latentes siendo el punto de partida esencial para comprender y posteriormente profundizar en la naturaleza de un fenómeno" (Peralta, 2019, p. 45). Este método fue utilizado porque describió y analizó el impacto emocional experimentado por las familias de los adultos mayores diagnosticados con Alzheimer, comprendiendo en profundidad el impacto emocional del diagnóstico del Alzheimer en las familias de los adultos mayores.

Además, se utilizó la investigación o método documental, definida por Alan y Cortez (2018) como un tipo de investigación que se basa en fuentes escritas, tales como libros, revistas, artículos, informes, tesis, entre otros documentos que tienen fragmentos, ideas o afirmaciones específicas utilizadas en un trabajo de investigación. Esta metodología se utiliza para respaldar y fundamentar el objeto de investigación y las distintas variables en este tema que tiene con el diagnóstico del alzheimer y su incidencia en el aspecto emocional de las familias que cuidan a los adultos mayores.

Para este trabajo la técnica de investigación utilizada es la encuesta, definida como una técnica sistemática y estructurada para recopilar información y datos de una muestra representativa de una población, que se emplea con el propósito de obtener información sobre opiniones, actitudes, comportamientos, características o cualquier otro aspecto que se desee analizar en un grupo específico de personas (López y Fachelli, 2018).

Se utilizó esta técnica por ser de carácter cuantitativo, porque se planeó preguntar directamente a las familias de los adultos mayores con preguntas cerradas para conocer la estadística en los aspectos de historia familiar, estado de ánimo, nivel de estrés, impacto emocional, entre otros temas relacionados con el diagnóstico del alzheimer.

Se aplicarán cuestionarios estructurados a una muestra representativa de familias de adultos mayores con Alzheimer, estos cuestionarios evaluarán variables como el nivel de estrés, ansiedad, depresión y carga percibida por los familiares con la finalidad de comprender el impacto que tiene esta enfermedad para estas familias.

La población en una investigación se refiere al conjunto completo de elementos que comparten una característica común y son objeto de estudio. Esta puede ser definida en términos de personas, objetos, eventos o cualquier otro fenómeno de interés para el investigador (Guevara, et al. 2020). La población objetivo de la investigación son la totalidad adultos mayores de Manabí, pero se tomó como enfoque la ciudad de Manta por su mayor facilidad en el acceso de información, donde según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo, que son de aproximadamente 11.943 adultos mayores representan poco más del 5.3% de la población mantense de la provincia de Manabí.

La muestra es considerada “como subgrupo cuidadosamente seleccionado de la población total, elegido para representar y generalizar las características más importantes de esa población” (Alan y Cortez, 2018, p.3).

Utilizando la siguiente fórmula de muestreo de población finita considerando un margen de error del 10% y un nivel de confianza del 90%, con una población de 11.943 habitantes. Se consideró la fórmula finita para determinar el tamaño de la muestra:

P = 50% (probabilidad de que ocurra el evento)

Q = 50% (probabilidad de que no ocurra el evento)

Z2 = 1.65 (nivel de confianza)

N = población (11.943)

E2 = 0.10 (Margen de error)

n = ¿? (tamaño de la muestra)

La aplicación de la fórmula de la muestra da como resultados una muestra de 68 adultos mayores, donde se tomó como referencia a un representante de su familia que específicamente se dedique al cuidado del adulto mayor para proceder con la aplicación de los instrumentos de recolección de información.

1.      Resultados y discusión

Subtítulos

Tabla 1.

Casos previos de Alzheimer u otras enfermedades neurodegenerativas en su familia

 

 

Frecuencia

Porcentaje

Válido

Si

17

25

No

34

50

No estoy seguro/a

17

25

Total

68

100

Fuente: Encuestas realizadas

Elaborado por: Jonathan Cedeño Macías

            Se analizó un poco sobre la historia o antecedentes familiares de estos adultos mayores diagnosticados con esta enfermedad, mostrando que en un 50% de los casos no hay enfermedades ni trastornos mentales relacionados, demostrando que no es necesario contar con antecedentes para padecer de esta enfermedad, el 25% restante mencionó que si existieron familiares que también fueron diagnosticados con el alzheimer o con enfermedades neurodegenerativas asociadas y el otro 25% dijo no estar seguro sobre si existan o no casos en su árbol genealógico ya que no conocen toda la historia ni enfermedades de la familia.

 

Tabla 2.

Relación entre el historial familiar y la gravedad de los síntomas de Alzheimer en el adulto mayor que cuida

 

 

Frecuencia

Porcentaje

Válido

Sí, existe una clara relación

20

29

Podría haber una relación, pero no estoy seguro/a

19

28

No creo que exista una relación significativa

29

43

Total

68

100

Fuente: Encuestas realizadas

Elaborado por: Jonathan Cedeño Macías

           

Se conoció que los cuidadores de los adultos mayores desde una postura personal y de forma general respondieron si existe una relación entre el historial familiar y la gravedad de los síntomas de Alzheimer en el adulto mayor que cuidan, con un 43% de las respuestas mencionando que “no existe una relación significativa” de esta enfermedad con la historia familiar de los adultos mayores, por el contrario, un 28% afirmó que podría haber una relación pero que no estaban seguros y el 29% respondieron que si creen que exista una relación significativa.

 

 

Tabla 3.

Experimentación de estrés emocional debido al cuidado de un adulto mayor con Alzheimer en su familia

 

 

Frecuencia

Porcentaje

Válido

Sí, experimento estrés emocional con frecuencia

20

29

A veces experimento estrés emocional

38

56

No, no experimento estrés emocional

10

15

Total

68

100

Fuente: Encuestas realizadas

Elaborado por: Jonathan Cedeño Macías

            Se identificó los síntomas que experimentan los familiares en el manejo y cuidado de sus familiares con esta enfermedad neurodegenerativa, donde el 29% afirmó que “sí” han experimento estrés emocional con frecuencia, un 56% afirma que no con tanta frecuencia pero “a veces” han experimentado fuerte estrés emocional ante la situación que viven con el adulto mayor y solo el 15% restante afirman no haber experimentado esquemas de estrés emocional

Tabla 4.

Búsqueda de apoyo emocional o psicosocial para ayudarle a manejar el estrés relacionado con el cuidado del adulto mayor con Alzheimer

 

 

Frecuencia

Porcentaje

Válido

Sí, he buscado y recibido apoyo emocional o psicosocial

10

15

He considerado buscar apoyo emocional o psicosocial, pero no lo he hecho

29

43

No he buscado apoyo emocional o psicosocial

29

43

Total

68

100

Fuente: Encuestas realizadas

Elaborado por: Jonathan Cedeño Macías

            En esta pregunta se conoció si los familias de los adultos mayores han buscado apoyo emocional o psicosocial para ayudarle a manejar el estrés relacionado con el cuidado del adulto mayor con Alzheimer, reconociendo que solo el 15% ha optado por esta situación y ha recibido el apoyo emocional y psicosocial necesario, un 42% de estas familiar han considerado la opción pero aún no han buscado ese apoyo y por último, el 43% afirmó rotundamente que no han buscado recibir este apoyo emocional en ningún momento.

Tabla 5.

Frecuencia de participación del adulto mayor en actividades cognitivas

 

 

Frecuencia

Porcentaje

Diariamente

9

13

Varias veces por semana

25

37

Válido

Una vez por semana

18

26

Menos de una vez por semana

12

18

Nunca participa en actividades cognitivas

4

6

Total

68

100

Fuente: Encuestas realizadas

Elaborado por: Jonathan Cedeño Macías

 

            Sobre la participación en actividades cognitivas, el 6% afirman que estas actividades se realizan con una frecuencia diaria, el 37% resalta que en su caso se realizan varias veces por semana, el 26% que una sola vez por semana, el 18% menos de una vez por semana y un 13% afirmó que estos adultos mayores nunca participan en actividades cognitivas.

 

De esta forma, se resalta que la gran mayoría de las familias priorizan estas actividades en sus adultos mayores siendo algo positivo para el retraso y prevención de la enfermedad.

 

Tabla 6.

Mejora en el estado de ánimo o bienestar general del adulto mayor como resultado de participar en actividades cognitivas

 

 

Frecuencia

Porcentaje

Válido

Sí, he observado efectos positivos en su estado de ánimo y bienestar

39

57

No he observado ningún efecto positivo

14

21

No estoy seguro/a

15

22

Total

68

100

Fuente: Encuestas realizadas

Elaborado por: Jonathan Cedeño Macías

            Para esta parte, el 57% destacó que gracias a las actividades cognitivas realizadas por los adultos mayores se han obtenido efectos positivos en el estado de bienestar y ánimo por parte del adulto mayor lo que a su vez contribuye a la estabilidad emocional de los familiares, el 22% afirmó no estar seguro si han existido mejoras y un 21% restante establecieron que no han observado cambios significados tras la participación de los adultos mayores en este tipo de actividades.

 

Discusión

Para empezar, los resultados arrojados muestran que 1 de cada 4 de los casos confirmados donde se diagnosticó la enfermedad del alzheimer, cuentan con un historial familiar que contiene enfermedades neurodegenerativas en sus antecesores, esto confirmado por los propios cuidadores de los adultos mayores, a su vez, además, el 29% de estos cuidadores tiene la certeza de que si existe una relación entre el historial familiar y la gravedad de los síntomas del alzheimer en el adulto mayor diagnosticado, afirmando que entre más grave son los antecedentes familiares mayor será el impacto que cause estas enfermedades.

            Ante esta situación, Silveira et al. (2022) establecen que el papel del historial familiar en el control y retraso de la enfermedad del Alzheimer “es complejo, pero fundamental, puesto que las familias con antecedentes suelen adoptar estilos de vida más saludables y participar en programas de intervención temprana, ayudando a retrasar el inicio de los síntomas, progresión de la enfermedad y mejoría de salud” (p. 4). Se dice que es complejo porque la probabilidad de tener dicha enfermedad cuando existe un antecedente familiar es mayor, aunque esta situación también permite que ya las familias se encuentren preparadas para poder actuar y controlar la enfermedad con anticipación.

            Por tanto, aunque los casos donde se tienen antecedentes familiares no son tantos, es importante tener en cuenta esta situación para todos los miembros de la familia, preparándolos no solo para los tratamientos correspondientes sino también para realizar actividades físicas y cognitivas que contribuyan a la salud mental y cerebral de la persona.

            Por otro lado, se reconoce que los cuidadores de los adultos mayores con alzheimer, más aún cuando son familiares, son los principales afectados ante el diagnóstico sorpresivo de esta enfermedad, como bien indican los resultados más del 85% de los cuidadores sufren de estrés emocional en diferentes niveles, aspecto que no solo afecta su salud emocional sino también su vida personal, lo que hace visible su necesidad de recibir apoyo o terapia de carácter psicosocial, sin embargo, solo un 15% de ellos han optado por buscar este tipo de ayuda de profesionales, siendo una cifra que no solo demuestra la poca importancia que los cuidadores le dan a su propia salud sino que también muestra los grandes esquemas de preocupación, miedo y ansiedad que los cuidadores sienten al saber que tienen que dejar por cierto tiempo a los adultos mayores para poder atenderse.

            Sobre esto, es importante destacar que no solo se debe atender las necesidades emocionales y psicosociales de los adultos mayores con dicha enfermedad sino también de las personas a cargo de ellas, si el cuidador no se encuentra en buen estado de salud, no podrá realizar un buen cuidado, sobre todo, porque a menudo los cuidadores enfrentan altos niveles de estrés y carga emocional, así que proveerles apoyo psicosocial adecuado es esencial para prevenir el agotamiento y la depresión, lo que a su vez permite una mejor calidad de cuidado para los pacientes, (Castiblanco et al., 2021).

            Considerando todo lo anterior, se entiende que ante una mejor salud de los cuidadores y al contar con un apoyo por parte de profesionales que les ayuda a abordar sus problemas emocionales, estos son más capaces de proporcionar cuidados de calidad, lo que puede prevenir que se maximicen los síntomas y retardar la progresión del Alzheimer en los adultos mayores, siendo algo positivo para las familias.

            Por último, la actividad cognitiva juega un rol fundamental para la mejora en el estado de ánimo o bienestar general del adulto mayor con dicha enfermedad, confirmado por el 53% de los encuestados que su implementación produce efectos positivos en el estado de ánimo y bienestar de este grupo etario, sin embargo, solo en el 50% de los casos los encuestados responden que estas actividades tienen una práctica diaria o de varias veces por semana, el resto de cuidadores asegura que existe un poca o nula frecuencia de la participación en actividades cognitivas de estos adultos mayores, lo que impide lograr el desarrollo efectivo de estrategias para afrontar estos casos.

            Frente a esto, Rodríguez y Pérez (2019) mencionan que esta participación en actividades cognitivas de forma frecuente y por si solas “han demostrado ser una estrategia efectiva para ralentizar el deterioro cognitivo de personas con alzheimer, ya que estimulan el cerebro, mejoran la plasticidad neuronal y pueden ayudar a los pacientes a mantener sus capacidades cognitivas por más tiempo” (p. 157). Estas actividades no solo ayudan a ralentizar el progreso de la enfermedad, sino que también mejoran las estrategias de afrontamiento de los pacientes.

            Dicha estimulación mental constante mediante estas actividades puede ayudar a los adultos mayores a mantenerse mentalmente activos y emocionalmente estables, facilitando una mejor adaptación a los cambios asociados con la enfermedad y da apertura a la implementación de estrategias de afrontamiento más efectivas, que permitirán un mejor manejo los síntomas y mantener una mejor calidad de vida.

 

Conclusiones

 

Se logró analizar como el historial familiar de los adultos mayores diagnosticados con alzheimer es vital para el control y retardo de esta enfermedad, pues mediante esta información previa se logra desarrollar acciones premeditadas que contribuyan al retraso de los síntomas de estas personas aparte de una preparación física-emocional de estos adultos mayores como de su familia, sin embargo, la investigación solo asegura que el 25% de estos casos cuentan con antecedentes de enfermedades en el círculo familiar, por lo que el nivel de relación entre estos aspectos se denota de bajo nivel, entendiéndose que las personas y familias no deben fiarse en contar o no con un antecedente para cuidarse de esta enfermedad.

 

Se determinó que existe una alta necesidad de apoyo emocional y psicosocial por parte de las familias afectadas por el adulto mayor diagnosticados con alzheimer, sin embargo, estas por diferentes motivos han evitado tratarse y le han dado poca importancia a su estado de salud mental, lo que puede conllevar a seguir un patrón de enfermedades neurodegenerativas en la familia, lo que evita que no solo puedan prevenir esta posible enfermedad en un futuro sino que también al tener un alto nivel de estrés emocional, suelen no realizar actividades que contribuyan a la prevención de esta enfermedad en los otros miembros de su familia o disminuir los síntomas de la persona diagnosticada.

 

Se reconoce que las actividades cognitivas tienen un gran impacto para la salud mental de los adultos mayores, contribuyendo a estrategias de afrontamiento que resultan positivas para retrasar los síntomas de esta enfermedad neurodegenerativa, especialmente, actividades que desafíen la memoria y que fomenten la concentración y atención, son indispensables para lograr resultados positivos en casos de tratamientos, esto confirmado por los mismos cuidadores que han denotado su mejoría.

 

 

Recomendaciones

 

Fomentar la educación y la comprensión de esta enfermedad, donde se provea información clara y comprensible sobre la enfermedad de alzheimer, sus síntomas y su progresión a las familias de estos adultos mayores, que les permita estar preparados y reducir el miedo a esta enfermedad neurodegenerativa.

 

Promover la participación en grupos de apoyo para cuidadores y familiares, con el fin de que ofrezcan un espacio seguro para compartir experiencias, obtener consejos y recibir apoyo emocional de personas que están pasando por situaciones similares.

 

Se debe fomentar actividades cognitivas que estimulen el cerebro, como leer, resolver rompecabezas, jugar juegos de mesa, aprender nuevas habilidades, entre otras actividades que estimulen su mente y ayude a mantener las funciones cognitivas.

 

Referencias

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