Revista Científica de Ingeniería, Industria y Arquitectura
Vol.7, Núm.14 (jul-dic 2024) ISSN: 2737-6451
Cita sugerida: Rivera-Govea, A. & Barcia-Moreira, M. (2024). Patrimonio
arquitectónico del Movimiento Moderno. Equipamientos e Infraestructuras de
la ciudad de Portoviejo, Ecuador. Revista Científica FINIBUS Ingeniería,
Industria y Arquitectura. 7(14) 1-18
https://doi.org/10.56124/finibus.v7i14.001
DOI: https://doi.org/10.56124/finibus.v7i14.001
Recibido: 09-abril-2024 Revisado: 06-mayo-2024
Aceptado: 12-junio-2024 Publicado: 31-julio-2024
Artículo de revisión
Patrimonio arquitectónico del Movimiento Moderno.
Equipamientos e Infraestructuras de la ciudad de
Portoviejo, Ecuador
Andrés Rivera-Govea
[1]
Manuel Barcia-Moreira
[1]
[1] Instituto Nacional del Patrimonio Cultural, Ecuador.
[2] Pontificia Universidad Católica del Ecuador Sede Manabí, Ecuador.
Autor para correspondencia: andrés.rivera@patrimoniocultural.gob.ec
Resumen
La ciudad de Portoviejo, capital de la provincia de Manabí en Ecuador, cuenta con un importante bagaje cultural a nivel
inmaterial y material. Así pues, su patrimonio tangible en el ámbito arquitectónico no es la excepción en cuanto a su
singularidad y autenticidad, que es motivo de análisis y consideración en el presente documento. Se busca identificar aquellas
edificaciones que cuentan con características arquitectónicas del Movimiento Moderno. Considerando que este estilo
arquitectónico es la representación viva de una cultura moderna de la ciudad, es preciso documentar y difundir sus valores,
autores, entre otros datos relevantes que permitan motivar la investigación para generar otras líneas de acción en los campos
de la conservación del patrimonio arquitectónico del Movimiento Moderno, en aras de favorecer su protección legal,
intervención y puesta en valor mediante normativas y reglamentos específicos.
Palabras Clave: Arquitectura, conservación, documentación, edificios, patrimonio moderno, valores culturales
Architectural heritage of the Modern Movement. Equipment and Infrastructure of the city
of Portoviejo, Ecuador
Abstract
The city of Portoviejo, capital of the province of Manabí in Ecuador, has important cultural heritage at an intangible and
material level. Thus, its tangible heritage in the architectural field is no exception in terms of its uniqueness and authenticity,
which is the subject of analysis and consideration in this document, which seeks to identify those buildings that have
architectural characteristics of the Modern Movement. Considering that this architectural style is the living representation of a
modern culture of the city, it is necessary to document and disseminate its values, authors, among other relevant data that
motivate research to generate other lines of action in the fields of heritage conservation. architectural design of the Modern
Movement, to promote its legal protection, intervention and enhancement through specific norms and regulations.
Keywords: Architecture, conservation, documentation, buildings, modern heritage, cultural values
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Rivera-Govea & Barcia-Moreira et al. (2024) https://doi.org/10.56124/finibus.v7i14.001
1. Introducción
A menudo, el significado de patrimonio se relaciona
directamente a los bienes que cuentan con una significativa
vetustez, o en el caso del ámbito de la arquitectura si fueron
erigidos con métodos constructivos atemporales en relación
con nuestra época (Rivera Govea, 2021). Esta manera y
entender nuestra herencia cultural provoca que muchas
edificaciones no sean “aptas” para su preservación,
conservación y puesta en valor, o visto de una manera más
amplia, esta condición induce a que muchos bienes sean
opacados transcendiendo en el olvido sin entender sus
valores, aportes, significado, y, por ende, su específica
relación con actividades de la sociedad de un determinado
territorio.
A partir de este momento podemos mencionar a las
edificaciones creadas desde los inicios del siglo XX,
resultantes de lo que supuso la revolución industrial, el uso
de la máquina, y la aplicación de materiales como el hierro,
vidrio y hormigón, lo que significó, en su momento, un
cambio en el paradigma de cómo proyectar y construir
inmuebles. Esta arquitectura que surge en Europa busca
adaptarse a la época aplicando nuevos conceptos, en cuanto
forma, función y contexto, con la firme convicción de
alejarse los órdenes clásicos. En este punto destaca un hecho
importante, en 1926 Le Corbusier, formularía una serie de
conceptos técnicos que de manera simplificada los denominó
“cinco puntos para una nueva arquitectura” (Pilotis, planta
libre, fachada libre, ventana longitudinal y terraza jardín).
Esta corriente se expande al continente americano, en una
etapa marcada de grandes migraciones a nivel mundial
producto de la Segunda Guerra Mundial, es decir, a partir de
los 1930 y 1940 los profesionales que arribaron al nuevo
continente difunden los conocimientos e influencias del
denominado Movimiento Moderno. Esta vanguardia generó
también la creación de nuevas tipologías arquitectónicas de
acuerdo con los usos demandados, como equipamientos
públicos e institucionales, viviendas multifamiliares, entre
otros que no se habían planteado con anterioridad. Sin
embargo, en la región latinoamericana el Movimiento
Moderno no caló de forma homogénea, más bien se va
adaptando a las circunstancias de índole económico, político
y cultural de las ciudades hispanoamericanas, entre ellas, la
no apropiación cultural, originando que las sociedades
tiendan a importar automáticamente ajenos estilos a la
realidad latente (Fernández et al., 2019).
A nivel internacional esta nueva vanguardia estilística y
técnica implantada en diferentes contextos del planeta ha
sido motivo de estudio y documentación, ya sea por sus
singulares características, atributos teóricos, técnicos, o por
ser parte de las obras de diversos autores que se enmarcaron
como hitos un periodo complejo de grandes
transformaciones en la forma de vivir de las urbes y como
parte de una sustancial etapa en la historia de la arquitectura
que no se puede dejar de conservar y reconocer como un fiel
reflejo de la evolución universal.
Ecuador cuenta con un variado repertorio de edificios de
Arquitectura Moderna situados, en las ciudades más
influyentes a nivel social, económico y político, pero que son
poco conocidos y valorados a nivel local e internacional. Las
acciones por poner en valor esta arquitectura se han visto
reflejadas en gestiones realizadas entre instituciones,
gubernamentales y no gubernamentales sumados a esfuerzos
de universidades e investigadores, que han desarrollado
estudios de las obras del movimiento moderno,
principalmente, en ciudades como Quito, Guayaquil y
Cuenca, sin aun poder abarcar otros territorios o urbes del
país que también cuentan con esta riqueza arquitectónica.
1.1 Los inicios del Movimiento Moderno en Ecuador
El país ubicado en la mitad del mundo tiene características
singulares en cuanto a la integración de la arquitectura del
Movimiento Moderno. Esta particularidad se explica en
parte porque, en comparación con otros países de la región,
su producción arquitectónica comenzó de manera tardía y
gradual (Compte, 2017). Este retraso puede atribuirse al peso
dejado por la herencia de la arquitectura colonial,
especialmente evidente en ciudades como Quito y otras de la
sierra central ecuatoriana. El mismo autor señala que en 1929
se estableció en Guayaquil la primera Escuela de
Arquitectura, fundada por Francesco Maccaferri (Compte,
2010). Es decir, durante la década de 1930 al igual que otras
ciudades de países como Argentina, Brasil, Chile, Uruguay
o México, la capital de la provincia del Guayas vería un
surgimiento de la arquitectura moderna de forma más
acelerada a diferencia de otras ciudades del Ecuador. El
inicio y desarrollo de la Segunda Guerra Mundial
propiciaron grandes migraciones de arquitectos y artistas
europeos al país, quienes introdujeron conceptos,
conocimientos y enfoques de la arquitectura desarrollados en
Europa y Estados Unidos (Sempertegui, 2010). Entre ellos
se destacan figuras como Karl Kohn, Otto Glass, Francesco
Maccaferri, Giovanni Rota y Oscar Etwanick, quienes
introdujeron los primeros códigos modernos a Ecuador a
finales de la década de 1930 (Luzuriaga, 2020).
De acuerdo con la literatura en la que se hace referencia a la
arquitectura moderna de Ecuador, podríamos establecer
cuatro momentos claves que propiciaron las condiciones
para su desarrollo. El primero de ellos se da en 1939 por el
arribo del arquitecto de origen checo Karl Kohn, considerado
uno de los pioneros de la arquitectura moderna ecuatoriana.
El segundo corresponde a la inauguración en el año de 1939
del edificio del Palacio del Comercio, considerado una de las
primeras construcciones que uso la combinación de acero y
hormigón.
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Patrimonio arquitectónico del Movimiento Moderno. Equipamientos e Infraestructuras de la ciudad
de Portoviejo, Ecuador
El tercer momento significativo fue la conferencia impartida
por el arquitecto Armando Acosta, Decano de la Facultad de
Arquitectura de la Universidad de Uruguay, quien
recomendó la elaboración de un Plan Regulador y la creación
de una escuela de arquitectura para fomentar el desarrollo de
nuevos profesionales. (Durán, 2015). Finalmente, el arribo
de los arquitectos uruguayos Guillermo Jones Odriozola y
Gilberto Gatto Sobral marcó otro punto crucial en el
desarrollo de la arquitectura moderna en Ecuador. Ellos
fueron responsables de la elaboración del primer Plan
Regulador de Quito (Rodas Beltrán, 2016) y desempeñaron
un papel fundamental en la planificación y establecimiento
de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central del
Ecuador (Auquilla, 2019).
En 1946 se fundó la Escuela de Arquitectura, marcando el
inicio del proyecto diseñado por Gilberto Gatto Sobral para
el campus de la Universidad Central del Ecuador. Este
campus, ubicado en un terreno de 32 hectáreas, comenzó su
ejecución entre 1947 y 1952, periodo durante el cual se
construyeron los bloques de administración, la biblioteca, el
teatro, las facultades de Jurisprudencia y Economía, así
como la residencia universitaria. Estos edificios de
arquitectura moderna rápidamente se convirtieron en un
punto de referencia para la ciudad (del Pino, 2010).
En 1959 la Escuela de Arquitectura pasaría a ser Facultad,
cuya planta docente estuvo conformada por profesionales
extranjeros establecidos en Quito como Giovanni Rota,
Antonio Jaén Morente, Gilberto Gatto Sobral junto a los
arquitectos ecuatorianos, Sixto Duran Ballen (Graduado en
universidad de Columbia en Nueva York) y Jaime Dávalos
(Graduado de la Universidad de Columbia) (Auquilla, 2019).
Sin embargo, tras el incremento de la demanda estudiantil de
la época y la necesidad de perfeccionar la particularidad
académica, se requirieron los servicios de otros ex alumnos
de la Universidad, y graduados en el exterior entre ellos, los
ingenieros civiles Giovanni Rota, y el portovejense
Leopoldo Loor (Álvarez, 2020).
Como lo indica del Pino (2010) el sistema de enseñanza que
se puso en práctica en la nueva facultad se elaboró en base al
conocimiento y experiencia del equipo de profesores que
provenían de diferentes escuelas de Europa y Norteamérica.
En este sentido, se puntualiza que Gatto Sobral empleó el
sistema de enseñanza de Montevideo, que particularmente
tenía la influencia directa de la Escuela de Bellas Artes de
París, mientras que los ecuatorianos Sixto Duran Ballen y
Jaime Dávalos emplearon métodos de aprendizaje sobre
diseño y construcción norteamericanos. De la enseñanza de
esta facultad surgen arquitectos como, Rubén Moreira,
Mario Solís, Cristian Córdova, Fernando Garcés, Fernando
Jaramillo, Rodrigo Samaniego y Juan Espinoza, todos ellos
integrantes del denominado Grupo 6.
1.2 La arquitectura moderna en Portoviejo
Portoviejo durante las primeras décadas del siglo XX, al
igual que otras urbes de la provincia de Manabí, presentaba
un notable e importante desarrollo en su parroquia urbana
gracias a la gran actividad agro-productiva que se
desempeñaba en todo el territorio. Posteriormente, durante la
década comprendida entre 1920 y 1930 el Ecuador
atravesaría una etapa de recesión economía, a consecuencia
de la desestabilización del ámbito de la exportación de
productos agrícolas, que era el principal motor de generación
de recursos del Ecuador de esa época (Camino, 1999),
situación que afectó negativamente al sector de la
construcción.
La incidencia de los acontecimientos sociales, productivos y
económicos, enmarcaron y direccionaron el crecimiento
particular de las ciudades en esta provincia, así como el de
su capital Portoviejo, que, en su momento, hace que
comience a perfilarse y a definir su rol específico como
centro de acopio e intercambio agrícola, así como sede de los
organismos de gestión pública más importantes de la zona.
Así pues, a inicios de la década de 1930, Portoviejo pasaría
de ser un pequeño pueblo de 10.000 habitantes, a una ciudad
con nuevos servicios y mayor población (Camino, 1999) que
iniciaría a crecer producto de migraciones originadas desde
sectores rurales.
Durante los siguientes años de esta década, inicia una nueva
etapa en la historia de la arquitectura de Portoviejo marcada
por las tendencias extranjeras y regionales, que incidieron en
la utilización de un nuevo material junto con sus técnicas de
construcción, el cemento. Sin embargo, su aplicación solo se
daría para imitar y revestir las nuevas obras con los
ornamentos, elementos y detalles con características de
ordenes clásicos, barrocos o renacentistas, que se hacían
ordinariamente con madera. En esta línea de tiempo
podemos mencionar el edificio los Estancos, considerado el
primer equipamiento público de Portoviejo construido
enteramente con hormigón armado, sin dejar de lado la
aplicación de ciertos ornamentos antiguos sobre sus
fachadas, pero de una manera s sobria y austera. Este
edificio se implantó estratégicamente en una parcela
esquinera sobre el límite suroeste de la antigua ciudad, junto
a la línea de tren y su estación en la parroquia Andrés de
Vera, para garantizar el control del contrabando de alcohol y
recaudar los impuestos por la producción de esta mercancía.
Para la década de los años de 1940, la ciudad comienza a
expandirse hacia la zona noroeste, con el surgimiento del
comercio en la calle Pedro Gual y por la construcción de
Campo de Aviación en la parte s alejada de este sector,
esto sumado a la abolición del uso del rio y su puerto fluvial
por la llegada del nuevo medio de transporte que comienza a
popularizarse y masificarse con el uso del vehículo lo que
facilitaba el desplazamiento a las nuevas zonas de la urbe.
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Rivera-Govea & Barcia-Moreira et al. (2024) https://doi.org/10.56124/finibus.v7i14.001
En esta misma línea Camino (1999) indica que, durante los
años venideros transcurridos entre la décadas de 1940, 1950
y 1960 las edificaciones, de producción estatal destinadas a
albergar diversas funciones público-administrativas,
financieras y educativas, y de producción privada para dar
cabida a usos de culto y salud, comienzan a acoger
características y conceptos de los modelos modernos, lo que
se ve reflejado en primera instancia en el potente diseño de
sus fachadas con el uso de nuevos recursos arquitectónicos.
Así mismo es importante indicar que todos estos bienes se
construirían con el uso de estructuras porticadas de hormigón
armado, y el empleo del ladrillo y el vidrio, que admitirían la
generación de innovadoras distribuciones espaciales y
ocupación de suelo, dando como resultado obras de mayor
envergadura y con un nuevo lenguaje arquitectónico que
buscaba adaptarse a las condiciones del contexto. De los
bienes construidos en este periodo podemos mencionar el
Colegio Nacional Portoviejo (1948), Gobernación de
Manabí (1951), Banco de Fomento (1951), Cruz Roja
(1955), Escuela Rafael María Mendoza (1955), e Iglesia la
Merced en la década de 1950 (Figura 1).
Mediante ordenanza municipal del año de 1962, la
denominada ciudad de los Reales Tamarindos se encontraba
distribuida en dos áreas urbanas, la parroquia 12 de marzo y
la parroquia Portoviejo (Zambrano, et al., 2019). Los
referidos autores señalan que para aquel entonces Portoviejo
ya contaba con 32.228 habitantes, lo que motivó al estado
ecuatoriano a planificar y ejecutar, en conjunto con el Centro
de Rehabilitación de Manabí, proyectos importantes para el
desarrollo de la ciudad y otras seis ciudades de la provincia,
como fue la construcción de la represa Poza Honda, ubicada
en la parroquia Honorato Vásquez a 55 Km de Portoviejo.
Estas acciones propiciaron condiciones para regular el
crecimiento de la ciudad y el planeamiento urbano mediante
la construcción de calles y avenidas, además, la instalación
de redes de servicios (agua potable, agua servida y agua
lluvia). Cabe indicar que entre los años de 1960 y 1979
Ecuador atravesó un periodo de inestabilidad política que
marcó el final de cinco periodos consecutivos del ex
presidente de origen manabita José María Velasco Ibarra en
1972, y posteriores 7 años de dictadura militar. Durante estas
casi dos décadas, el país iniciaría su camino en la producción
de hidrocarburos, en este sentido Camino (1999) los clasifica
en dos momentos: “pre-petrolera y la petrolera”, este último
ciclo citado marcaría un hito nunca suscitado en la historia
del país, debido al crecimiento exponencial de la economía
por los ingresos producidos debido a la explotación y
exportación de este recurso.
Figura 1: Línea de tiempo arquitectura del movimiento Moderno de Portoviejo. Fuente: Rivera-Govea, A.. (2021)
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Patrimonio arquitectónico del Movimiento Moderno. Equipamientos e Infraestructuras de la ciudad
de Portoviejo, Ecuador
Lamentablemente este auge, que duró menos de una década
y que benefició en gran medida a las clases medias y altas,
no permitió mejorar las condiciones de la población en
general y mucho menos estabilizar la economía, sin
embargo, en este periodo en Portoviejo, se levantaron
edificaciones con características arquitectónicas relativos al
movimiento moderno como el edificio del Club de Leones
(1963) de tenencia privada, y desde el estado se construyeron
bienes públicos como la sede del Ministerio de Agricultura
y Ganadería (1975), ampliación de Hospital Verdi Cevallos
(1976), reacondicionamiento de la Aeropuerto Reales
Tamarindos (Zambrano, et al., 2019), Centro Comercial
Municipal, Mercados Municipales, la Terminal Terrestre
(1977), Estadio Reales Tamarindos, y edificios de la
Universidad Técnica de Manabí.
De tal modo, es preciso señalar que la ciudad Portoviejo, aún
no cuenta con una investigación y revalorización de edificios
del Movimiento Moderno, que con el pasar de los años, por
condiciones antrópicas y naturales, entre ellas lo acontecido
tras el terremoto del 16 de abril de 2016, cuyo movimiento
telúrico causó pérdidas irreparables de bienes con claras
rasgos de esta vanguardia arquitectónica. Por ello, el
presente documento busca obtener una aproximación a la
Arquitectura Moderna en la capital de la provincia de
Manabí mediante el análisis, valoración y documentación de
equipamientos e infraestructuras pública y privada que se
enmarca en los parámetros del movimiento moderno
arquitectónico.
2. Metodología
Para la selección de las edificaciones con rasgos
característicos del Movimiento Moderno implantadas en
Portoviejo, se realizó una recopilación de información
necesaria para su identificación y entendimiento a través de
un estudio descriptivo con el propósito de establecer las
características y atributos que se alinean a los componentes
y principios de la arquitectura del movimiento moderno. Se
analizan arquitectónicamente los valores estéticos formales,
tipológicos funcionales, técnicos constructivos, entorno
urbano, estado actual de conservación, así como su
condición de bienes patrimoniales protegidos de cada una de
las 9 edificaciones identificadas a través de fichas de
observación y recolección de datos diseñadas por los autores.
3. Resultados
Considerando la importancia de los valores con los que
cuenta la Arquitectura del Movimiento Moderno, como parte
de la memoria colectiva de la comunidad y como elemento
integrado al patrimonio cultural de una nación; se bus
analizar casos en concreto que representen las peculiaridades
de nuestro territorio. De esta manera, se han identificado
nueve singulares configuraciones edilicias existentes en la
capital manabita construidas entre los años de 1950 hasta
1980, cuyos valores y atributos necesitan ser entendidos
previo a las gestiones que se pudieran emprender para su
protección y conservación, considerando incluso el proceso
evolutivo de adaptabilidad a circunstancias medio
ambientales, antropológicas, materiales y funcionales de los
referidos ejemplares arquitectónicos que forman parte de
este estudio.
Colegio Nacional Portoviejo
Proyecto desarrollado por el departamento de
Construcciones Escolares del Ministerio de Educación, y
construido por la empresa INARCA en el año de 1948. Este
edificio inicialmente fue construido en una parcela de 15.007
metros cuadrados. En su momento fue destinado para otra
institución educativa, el denominado Colegio Nacional
Olmedo, pero años más adelante, específicamente en el año
1966, las instalaciones pasarían a ser usadas por el Colegio
Nacional Portoviejo (Figura 2). (INPC, 2013). Durante el
año 2011 el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural
ejecutó la rehabilitación del bloque antiguo del referido
inmueble, el mismo que se basó en el reforzamiento de
columnas para estabilizar el edificio, restauración de
carpinterías, así como la liberación de elementos añadidos
que permitieron recuperar escaleras del ingreso principal.
Figura 2: Colegio Nacional Portoviejo. Fuente: INPC (2021)
El bien se encuentra ubicado en la parroquia 12 de marzo
sobre la avenida Urbina, la misma que se conecta a la calle
Rocafuerte formando uno de los principales ejes viales de
entrada y salida que atraviesan a la ciudad de oeste a este. Se
implanta en un terreno fuera del centro histórico, zona que
se caracteriza por la pérdida de los portales en los edificios y
ampliación de la calle como parte de la expansión de la
ciudad. Los equipamientos próximos al Colegio Nacional
Portoviejo son la Catedral de Portoviejo, Parque Eloy Alfaro,
La Casa de Horacio Hidrovo, Estadio Reales Tamarindos y
Edificio del Ministerio de Agricultura y Ganadería. Su
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Rivera-Govea & Barcia-Moreira et al. (2024) https://doi.org/10.56124/finibus.v7i14.001
contexto construido lo integran edificaciones de 2 hasta 5
niveles en altura, destinados, en gran parte, para uso
viviendas en plantas altas y negocios en planta baja.
El bloque original del edificio cuenta con un área construida
de 758,70 metros cuadrados distribuidos en dos niveles
(INPC, 2015). El acceso principal del edificio se da por la
avenida Urbina, atravesando un patio frontal. La entrada a
las instalaciones se encuentra centrada al edificio y tiene
como primer punto un zaguán, en cuyos costados cuenta con
oficinas administrativas. Pasando este espacio se llega un
portal en forma de “C” y frente a este el punto de circulación
vertical, las escaleras, que conducen al segundo nivel. El
portal de planta baja permite acceder de manera simétrica a
los espacios dispuestos entorno a un patio central, destinados
para el salón de clases, departamento de bienestar estudiantil,
biblioteca, hall de ingreso, inspección general,
vicerrectorado, bodega, museo y escenario (Rivera Govea,
2024).
El edificio se planificó en un terreno de forma regular,
tomando como primicia una forma prismática simétrica que
conforman una “E” en planta (MCM + A, 2010). Sus
fachadas hacen uso de elementos ortogonales planos y que
principalmente sobresalen jerarquizando el ingreso en altura
y profundidad como una superposición de prismas, mientras
que los extremos laterales del edificio cuentan con
volúmenes más definidos, en este sentido se puede indicar
que no cuenta con una gran ornamentación. Cuenta con
vanos de ventanas modulados, dispuestos rítmicamente en
las dos alturas y sobre todas las caras del edificio. Cabe
indicar que su forma corresponde a módulos de 4,00 x 6,00
metros. La estructura se compone por plintos y vigas de
amarre y columnas de hormigón armado que alcanzan dos
niveles en altura. Cuenta con paredes de ladrillo, entrepiso
de vigas y tablones de madera y cubierta de hormigón
armado (Figura 3). Se puede indicar como elemento
destacado el uso de portales cubiertos a doble altura que
permiten matizar las fuertes temperaturas y permiten el
ingreso de luz y ventilación natural a los espacios interiores.
Además, del sistema de persianas de chapa metálicas
ubicadas sobre la fachada principal que permiten, de igual
manera, mitigar las incidencias solares provenientes del
oeste, y generar ventilación cruzada al interior.
Figura 3: Planta baja de Colegio Nacional Portoviejo. Fuente: INPC (2021).
Gobernación de Manabí
El actual edificio se construye en una parcela fruto de la
suma de dos propiedades adquiridas por la institución, la
primera en 1883 donde funcionaba en un edificio de madera
y cubierta con teja de barro, que por motivos de ampliación
en 1930 adquiere lote colindante (Figura 4). Años más tarde
se planifica el proyecto y construcción del edificio ocupando
toda el área y ampliándose en altura, esto se dio durante los
años de 1949 y 1951 (El Diario, 2011), labor que estuvo a
cargo del Consejo Provincial de Manabí. Cabe indicar que el
edificio de la Gobernación de Manabí desde que fue erigido
también comparte el uso del espacio con el Gobierno
Autónomo Descentralizado de Manabí, cuya entidad
mantiene el ingreso a sus espacios por la fachada posterior
ubicada sobre la calle Córdova. El bien inmueble mantiene
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Patrimonio arquitectónico del Movimiento Moderno. Equipamientos e Infraestructuras de la ciudad
de Portoviejo, Ecuador
su fachada principal sobre la calle Sucre en pleno centro
histórico y administrativo de la ciudad de Portoviejo.
Figura 4: Fachada principal de Gobernación de Manabí. Fuente:
INPC (2021)
Los equipamientos próximos a la Gobernación de Manabí
son el Hotel París, Parque Central Horacio Hidrovo, Iglesia
La Merced, Municipio de Portoviejo, Instituto Nacional de
Patrimonio Cultural de Portoviejo, Banco de Fomento,
Parque Las Vegas, Contraloría General, Museo de
Portoviejo entre otros como bancos, centros de Salud Pública
e inmuebles patrimoniales. Su contexto construido lo
integran edificaciones de 2 hasta 12 niveles en altura,
destinados, en gran parte, para uso administrativo, financiero
y de negocios.
El edificio cuenta con un área construida de 3.284 metros
cuadrados sobre un lote de trapezoidal de 1.094 metros
cuadrados. El bloque original del edificio cuenta con un área
construida de 758,70 metros cuadrados distribuidos en dos
niveles. El programa arquitectónico mantiene similitud para
el uso de las dos instituciones, las mismas que mantienen en
sus accesos sendos zaguanes y conexión directa con los
accesos verticales. En cada uno de los pisos se distribuyen
espacios de diferentes medidas destinadas para el uso de
oficinas, salas de reuniones, baterías sanitarias, y
almacenajes. Al interior del edificio, en la parte medular de
su planta arquitectónica, se destina un espacio central para la
ventilación, es decir un ducto de ventilación y servicio
(Figura 5).
Su forma la compone un volumen prismático que abarca 5
niveles en altura, manteniendo la planta baja retranqueada
para dar lugar al portal. Cuenta con elementos prismáticas
superpuestos que se distribuyen de manera simétrica y que
jerarquizan su ingreso sobre la calle Sucre, rematando en
altura sobre este mismo eje del edificio una torre con reloj.
Su imagen, al igual que el Colegio Nacional Portoviejo
mantiene un lenguaje institucional que denotan austeridad,
simplicidad y limpieza. Cabe mencionar que por ambos
ingresos el edificio cuenta con balcones descubiertos.
Para la construcción de este edificio se usó estructuras de
hormigón armado integrados por plintos, vigas y columnas,
además de entrepisos y cubierta del mismo sistema. Su
envolventes y divisiones son de ladrillo aglutinadas y
recubiertas por morteros de cemento. Las ventanas son de
perfiles de acero y vidrio, mientras que las puertas son de
madera. Cuenta con recubrimientos de baldosa en pisos,
cerámica en paredes, duelas de madera a media altura sobre
paredes. Se destaca el uso de ductos para otorgar de
ventilación natural al interior del edificio, balcones sobre las
fachadas principales, portal en planta baja, zaguanes sobre
los ingresos.
Figura 5: Planta baja de Gobernación de Manabí. Fuente: INPC, 2021